Fotos: Arelys María Echeverría
Por Alina Fundora Menéndez
En la finca familiar Las Tres Marías perteneciente al municipio de Corralillo, en Villa Clara, encontramos a Irenia Álvarez Díaz, una mujer apasionada por el campo y dedicada al trabajo agrícola.
Con raíces profundas en la tradición campesina, Irenia ha transformado su finca familiar en ejemplo de sostenibilidad y diversificación, apoyada por el proyecto de Resiliencia Climática en los Ecosistemas Agrícolas de Cuba (Ires).
ʺDesde pequeña he sentido una conexión especial con la campiña, pues mis antecedentes parten de agricultores de Sierra Morena y Rancho Veloz. Mi papá era ingeniero agrónomo y todos mis abuelos disfrutaron de la vida campestreʺ.
Aunque es psicóloga de profesión y ha desempeñado roles como trabajadora social, directora de la Empresa Agropecuaria del territorio y subdirectora de Asistencia Social, encontró su verdadera vocación al unirse a su esposo, Leonel Carmenate. Juntos decidieron establecerse en la finca y fomentar el desarrollo familiar a través de la agricultura.
ʺInicialmente estábamos insertados en un proyecto avícola, con 650 gallinas para la producción de huevos, pero ahora estamos concentrados en el Ires y nos enfocamos en la producción de leche y carne, y también criamos ganado menor, ovino y caprino.
El proyecto Ires ha sido una excelente oportunidad para nosotros, nos ha proporcionado conocimientos valiosos y recursos para ayudarnos en varias áreas, como el desmonte de marabú y la inserción en proyectos agroforestales.
Gracias a esa iniciativa se ha incentivado la ganadería y el cultivo de frutales, como el mango, y hemos conseguido aumentar la masa ganadera y mejorar la producciónʺ.
Actualmente se encuentran insertados en dos programas: Silvopastoreo con Árboles de Sombra y Bancos de Proteína (Silsom) y Sistema Agroforestal con Cedro/Plátano (Cedpla).
ʺEl Silsom busca aumentar la resiliencia de las comunidades al cambio climático a través de prácticas silvopastoriles.
Por otro lado, Cedpla pretende crear paisajes productivos con especies forestales resistentes a la sequía y la producción de plátanos de bajo riego localizado para favorecer la resiliencia climáticaʺ.
A pesar de los desafíos que conlleva ser mujer en un mundo que aún enfrenta estereotipos sobre el papel femenino, Irenia se mantiene firme.
ʺCreo que depende de la aptitud de cada uno, yo trato de no limitarme y hago de todo, desde atender la casa hasta cuidar de las aves y los animalesʺ.
Su historia es la de una mujer que encuentra en cada surco de la tierra, en cada animal que cuida, un profundo significado y sentido de pertenencia.
Ella representa una inspiración para todos aquellos que ven en el campo no solo un medio de vida, sino también un verdadero hogar.
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