lunes, 14 de julio de 2025

Lucy, con la pasión y entrega que exige la genética

 


Texto y fotos: Elizabeth Reyes Tases

El sensible mundo de la maternidad triunfó para siempre en la preferencia de la enfermera cubana Magda Lucía Ramírez Olivera (Lucy), quien acumula 20 años de experiencia en distintas responsabilidades dentro del programa de genética médica de la oriental provincia de Granma.

Aunque su vida laboral comenzó en un consultorio de la familia, en 2001 cursó la especialidad de Ginecología y Obstetricia en el hospital Carlos Manuel de Céspedes, y a partir de entonces surgió el vínculo con la rama de la medicina que estudia, diagnostica, maneja, trata y previene los padecimientos de origen hereditario.

Primero laboró en el área encargada de dicha actividad en el policlínico docente Jimmy Hirzel, de la Ciudad Monumento Nacional, y al inaugurarse el centro de alcance territorial, se incorporó al departamento correspondiente al municipio de Bayamo, donde permaneció mayor periodo de tiempo, hasta que finalmente pasó a la instancia provincial.

Hablamos de un programa muy lindo, que requiere una sensibilidad enorme, pues no solo atendemos a embarazadas, de por sí vulnerables, sino también a personas y niños con disímiles enfermedades genéticas.


Hay que tener buena forma y mucho tacto. Un día de trabajo puede resultar bien cargado y bastante engorroso, porque recibimos gestantes de todas partes de Granma con riesgos mayores por diversas patologías asociadas, explicó Lucy.

Te puedes topar, por ejemplo, con una paciente que llega a confirmar un diagnóstico de alguna malformación congénita incompatible con la vida y que, por tanto, debe interrumpir el embarazo.

Ahí comienza todo un proceso de asesoramiento conjunto en el que intervenimos las enfermeras, el radiólogo, el asesor genético, la psicóloga, en fin, son casos que demandan la sensibilidad superior de cada uno de los integrantes del equipo, incluidos desde el custodio hasta la recepcionista.

A momentos así, súmale la difícil situación del transporte y la economía del país, los molestos apagones que, tal vez, no dejaron dormir a esa misma paciente la noche anterior; entonces comprendes realmente la magnitud de tu trabajo, subrayó.

Por eso tienes que priorizarlo sobre todas las cosas, no importa si tampoco dormiste o tuviste un día malo, tus problemas tienes que dejarlos en casa; de lo contrario no fluye, no puedes hacer tu labor.


En el Centro Provincial de Genética Médica, Magda Lucía Ramírez Olivera forma parte del departamento de enfermería, que es un poco como el corazón del lugar. Somos tres compañeras y hacemos de todo. El tiempo de trabajo que me quede pienso pasarlo aquí.

Las responsabilidades y la exigencia son bien altas, laboramos en horario corrido y muchas veces ni almorzamos, porque ¡imagínate!, cómo le voy a decir a una paciente de lejos que espere, que yo voy a almorzar ".

Así nos mantenemos atendiendo embarazadas hasta las 4:00 p.m., y priorizamos a las que residen en los lugares más distantes, están ingresadas o tienen patologías asociadas.

La vida después de la COVID-19 cambió y debemos adaptarnos, siempre en función de las gestantes, sin descansar incluso en días feriados, pues cuando se trata de ultrasonidos y consultas a futuras madres, el tiempo es una variable determinante. Lo que no se ve en el momento indicado, puede que luego ya no sea posible detectarlo.

Es verdad que la situación está muy difícil, pero la embarazada no tiene culpa alguna y no puede perjudicarse por eso, además de que somos parte responsable y estamos conscientes de la necesidad de aportar al aumento de la natalidad en Cuba, resaltó.

Para Lucy resulta duro enfrentar el llanto y los momentos de tener delante a una mujer o pareja con historial de infertilidad, que desean mucho, mucho, un embarazo, y tener que decirles: hay que interrumpir.

Psicológicamente es bien fuerte, y en ocasiones, como uno dice, te llevas ese sentimiento de tristeza para la casa, donde lo comparto con mi mamá, esposo y mi hija, que estudia Medicina; pero sin que ello afecte la dinámica familiar.

De igual forma, cualquiera que sea la situación en el hogar, o los problemas alrededor que muchas veces te agobian no dejo que nada me perturbe en el trabajo, aseveró.

Me considero feliz, porque tengo una familia bonita y funcional, que ha sido siempre esa retaguardia indispensable para el buen desempeño y el logro de resultados en mi profesión.

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