lunes, 7 de julio de 2025

Swahili, Cuba: Asante sana


Por Aime Sosa Pompa  

El swahili, o suajili, llegó a Cuba para ser una gran puerta de oportunidades y reverencias ante la gran Madre Africa. Eso lo puede asegurar Dayanny Romero Bartolo, lideresa del Proyecto de Desarrollo Local (PDL) Rosatur, en Santa María del Rosario, y estudiante de la primera edición cubana de un curso básico del idioma.

Esta lengua, que lleva una carga amplia de cultura y prácticas prominentes en el continente, debe su crecimiento a las comunidades que la practican desde hace siglos. 

En la Unión Africana y otros organismos, es símbolo de integración panafricana, es reconocida como una lengua de trabajo; se busca convertirla en la lengua franca o común en ese continente. El swahili es autóctona en Tanzania, Kenia, Malaui, Burundi, Uganda, Islas Comoras, Norte de Mozambique y sobre todo en las regiones costeras de Somalia y Madagascar.  

En La Habana ya se está realizando el Segundo Curso Básico de Idioma Swahili, lo que demuestra su aceptación y alcance. Surgió con la coordinación de la Universidad de La Habana, la Embajada de Tanzania y el Museo Casa de África de la Oficina del Historiador de la Ciudad. Son estrechos los lazos de Cuba con la defensa de este idioma y los países que la han incorporado. 

El I Congreso internacional de Swahili tuvo lugar en la capital cubana en noviembre de 2024 para festejar estos logros y experiencias Dayanny, conversa en exclusiva para la Revista Mujeres.

 


“A mí me gustan los idiomas en general, todos me atraen. Me siento con habilidades para asimilarlos. Sobre todo el inglés, estudié un poco de francés y otras lenguas. Me acerqué al swahili también por la Articulación Afrofeminista y por Kenia Serrano, decana de la Facultad Preparatoria de Idiomas de la Universidad de La Habana, quien es co-coordinadora de la Articulación y lidera el proyecto KARIBUNI. 

Tenía la intención de aprender este idioma nuevo para poder atender a visitantes de esa región del mundo. Fue una motivación inicial, un poco ingenua, porque después descubrí otras interioridades más profundas”. 

“El swahili es una lengua oral que luego los conquistadores, por así decirlo, los ingleses, se encargaron de escribir ". Los profesores Juan Jacomino, Bárbara E. Batte Guevara y Orestes Alonso Valera siempre recalcan que, aunque se transmitió verbalmente, no se escribió tanto al principio. Fueron los ingleses y también los árabes, quienes lo dominaron, los que llevaron el idioma a la escritura. 

Hay términos modernos que no existían antes, entonces en vez de inventar nuevas palabras, combinan las que ya tienen. Por ejemplo, "ndege" significa ave, pero también avión, porque el avión es algo moderno.

Otro ejemplo: "mafuta ya jua" es aceite para el sol, o sea, bloqueador solar. Son elementos y prácticas modernas que no estaban presentes cuando se formó el idioma. Entonces ellos van combinando sus palabras propias para expresar lo que necesitan hoy en día. Mi intención es poder atender a personas en recorridos turísticos hablándoles en su idioma. Me llamó la atención que el swahili sea muy fácil de aprender. Todos los idiomas tienen dificultades, pero nosotros los hispanohablantes podemos asimilarlo mejor porque se escribe como se habla. No tiene las complicaciones del inglés o el francés. Además, por la entonación, nosotros los orientales tenemos ventaja, porque hay que darle un deje oriental al final de preguntas y frases. Es muy cómodo”. 

“Empecé a estudiarlo en marzo del año pasado, marzo o abril. Teníamos el incentivo de que en noviembre se celebraría aquí en La Habana el primer Congreso Internacional de Swahili , como efectivamente ocurrió. La idea era que intercambiáramos con los delegados. De hecho vinieron y pudimos hablar unas cuantas frases. Era bonito poder explicar en dos o tres oraciones que estábamos estudiando swahili aquí y que podíamos comunicarnos. Resultaba curioso porque hay personas en Tanzania que van a Europa a estudiar ese propio idioma. Te miraban extrañados de que nosotros estuviéramos estudiando swahili en La Habana cuando ellos mismos en Tanzania no lo hacen. En ese contexto aprendí la palabra “hapa”, que significa “aquí”, aunque no la conocía al principio. A mí personalmente me encanta poder comunicarme con otros en su propio idioma y hacerme entender”. 

“Una de las primeras cosas que estudiamos fueron los saludos. Generalmente es lo primero que se enseña. Hay varias frases distintas para saludar durante el día y preguntar cómo te está yendo”. 

“Existen aspectos comunes con otras culturas, como el respeto a los mayores, frases específicas te permiten acercarte a una persona mayor y son clásicas, te abren puertas. Una vez que asimilas esas expresiones básicas, es muy cómodo poder comunicarte, aunque sea con lo elemental: saludar, presentarte, preguntar por la familia. También hay cuestiones relacionadas con su cultura patriarcal. En algunos lugares, el hombre puede tener más de una esposa. Todas esas cuestiones aún existen en culturas musulmanas, árabes, entre otras. 

“Me gustaría seguir estudiándolo y profundizar. Sería bueno poder integrar esos conocimientos con lo que voy aprendiendo del idioma. Los profesores tratan de enseñarnos todo a la vez, según sus habilidades pedagógicas y experiencia de vida. Algunos vivieron cinco años en Tanzania y pueden explicar, desde su propia experiencia, cómo son las cosas".  

“Estoy enseñando las primeras unidades del curso a la abuela paterna de mi hijo. Me encanta poder enseñar lo poquito que sé y ver cómo ella lo asimila. Como dije, no es fácil, pero sí muy cómodo para nosotros los hispanohablantes.

"Algo interesante es que la mayoría de las personas en este curso de swahili son mayores de edad, incluso mayores de 60 años, y están asimilando bien el contenido. El grupo varía un poco, pero se nota que el aprendizaje funciona a cualquier edad”. 



Cuando se acerca el 7 de julio, Dayanny recibe un mensaje: Wanafunzi wapendwa, kesho ni siku ya lugha ya kiswahili duniani. Usiku mwema! Queridos estudiantes, mañana es el Día Mundial del idioma Swahili. Pasen buenas noches! Y de paso recuerda que “Asante” (Gracias) debe ser la palabra más repetida en el día, por lógica, ya que los cursistas han adquirido la costumbre y la dicen cada cinco minutos. Un ejemplo de cuanto les ha transformado el aprendizaje de esta lengua, que nos invita a la gratitud constante y a celebrar cada pequeño logro compartido. 

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