viernes, 13 de junio de 2025

Mujeres al mando, historias que inspiran el cambio en la fuerza aérea revolucionaria



Por Aime Sosa Pompa y Lianne Garbey Bicet

En la Unidad 1728, brigada de Defensa Antiaérea y Fuerza Aérea Revolucionaria (DAFAR), el liderazgo recae sobre un equipo directivo que ha conquistado espacios antes vedados dentro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Desde hace algunos años, las mujeres representan alrededor del 50 % de las estructuras de mando en esta unidad militar, abriendo caminos para la inclusión y el reconocimiento.

Entre ellas, destacan perfiles diversos: desde una profesional con más de cuatro décadas de experiencia, hasta una madre de tres hijas y pionera en asumir el cargo de jefa de nave en la aviación de helicópteros del país. Sus nombres dicen mucho porque sus trayectorias hablan de compromiso, superación y una identidad que trasciende el ámbito militar. Descubrir sus historias es adentrarse en un relato de logros y desafíos, donde cada día se abren nuevos caminos para la inclusión y el reconocimiento.

El encuentro, organizado por el secretariado de la Federación de Mujeres Cubanas en el municipio artemiseño de San Antonio de los Baños, contó con la participación de Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la FMC, quien compartió un espacio de diálogo con este grupo notable por sus méritos y su cotidianidad. La jornada inició con una dramatización que reflejó la invisibilidad y las luchas sociales que aún enfrenta el género, cuando una figura femenina es ignorada por su pareja. Aunque el ejercicio resultó didáctico, desencadenó una conversación profunda y emotiva.


En el debate se abordaron temas como el empoderamiento, la labor de la FMC y la violencia de género. Sin embargo, el momento más impactante llegó cuando varias participantes comenzaron a compartir sus propias experiencias dentro de la institución armada. Sus relatos evidenciaron cómo, con esfuerzo y determinación, han logrado transformar estructuras y abrir rutas donde antes solo había obstáculos.

Entre la voluntad y la determinación, los testimonios de estas profesionales de la defensa se erigen como ejemplo de lucha y superación. Yudelmis López Díaz, la primera jefa de nave en la aviación de helicóptero, recordó con emoción cómo venció el miedo y la incredulidad: “Cuando te sientas y lo experimentas, te das cuenta que no pesa, que es como una flor. Mi instructor me decía: ‘Pilotear un helicóptero es como tener una flor en la mano, porque con un dedo se puede pilotear.’ Y es verdad”.

Por su parte, Kety Keydis Álvarez Guilarte, teniente coronel, habló del sacrificio y la discriminación con sinceridad: “Toda mi vida que llevo en las FAR he tenido que sacrificar a mis niños para cumplir con el trabajo, porque es una responsabilidad que me encomendaron y tengo que hacerlo bien”. Maday Saíz Tarragó, pionera en su cargo, demuestra que la valentía va más allá de la fuerza física: “Aprendí a meterme dentro de un avión, a desarmar un motor, dividirlo en pedacitos. Eso se dice fácil, pero no es fácil porque esos motores pesan y todo para hacer un trabajo en un motor de aviación es complejo”.

La resiliencia y el amor por la vida guían las experiencias de estas protagonistas. Yanet de las Mercedes Ruiz Tielves, con 27 años de servicio, lidera con firmeza y corazón: “Mi familia es muy unida, mi mamá me ayudaba mucho, pero desgraciadamente este mes cumple un año fallecida y estoy sola luchando con mi esposo”. Marta Rosa Alcaño Pérez, la abuela del colectivo, ha visto crecer a varias generaciones: “Yo las he visto llegar a todas ellas, recién graduadas, jovencitas con 20, 21 años, solteras, han pasado a ser novias, después esposas, madres y hoy las vemos en la comunidad sola, sin dejar de cumplir la responsabilidad en la defensa”.

Yoamanti Vilches Castrillo, jefa de servicios médicos, enfrenta cada día la necesidad de demostrar su valía en un entorno predominantemente masculino: “Cuando llegué aquí nada más éramos tres médicos para un regimiento. Tuve la posibilidad de cumplir misiones enfrentando situaciones complejas, salir a rescates reales. No tenemos que tener temor a nada ni estar cohibidaS”.



Antes de la despedida, les fue entregada la condición de Centro 65 Aniversario de la Federación de Mujeres Cubanas por su aporte al quehacer de la organización en el terriotrio. En ese espacio, Teresa Amarelle reconoció la hermosa labor desplegada por estas mujeres y su empeño en llegar hasta donde están. De igual manera, subrayó la relevancia de continuar la formación en perspectiva de género, proponiendo talleres que fortalezcan tanto el desarrollo personal como profesional.

También señaló la necesidad de mejorar el bienestar colectivo, especialmente en lo referente al cuidado de las infancias, sugiriendo la creación de una casita infantil dentro de la propia unidad para quienes deben dejar a sus hijos e hijas al salir a trabajar. Reconoció, además, el impacto positivo de su participación comunitaria, donde destacan como federadas, integrantes de los CDR y colaboradoras en órganos locales del Poder Popular.

Sobre las políticas públicas, la dirigente insistió en la importancia de difundir las nuevas normativas del Código de las Familias, en especial, las dirigidas a quienes asumen responsabilidades de cuidado. Explicó que el objetivo es reconocer y proteger este rol, garantizando condiciones laborales dignas y evitando la discriminación. También resaltó el valor del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM), ya implementado en todas las unidades militares, como herramienta fundamental para la igualdad. Al concluir, Teresa Amarelle manifestó su satisfacción por compartir ese espacio con quienes, desde su cotidianidad y su servicio, inspiran transformación y esperanza. Sus historias recuerdan que, ante cada desafío, hay personas dispuestas a volar más alto.

El encuentro reafirmó que quienes integran las FAR, no solo rompen barreras y lideran con profesionalismo, sino que enfrentan retos diarios con valentía y resiliencia. Sus experiencias demuestran que el empoderamiento es un proceso colectivo, donde la colaboración y el apoyo institucional resultan fundamentales para avanzar en la igualdad. El legado de Vilma y el trabajo de la Federación de Mujeres Cubanas, siguen presentes en cada logro y cada reto superado. El futuro de la defensa y de la sociedad está en buenas manos, porque quienes construyen desde todos los frentes, continúan forjando un país más justo e inclusivo.

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