Fotos: Cortesía de la entrevistada
Por Loraine Castillo De los Reyes
Fundadora en Santiago de Cuba del Programa del Médico y la Enfermera de la Familia, María Emilia Bolívar constituye referente en el ejercicio ininterrumpido de la profesión, maestra de generaciones de galenos.
Egresada de la academia en 1984 y titulada como especialista en Medicina General Integral cuatro años después, la doctora ha convertido la superación profesional en parte indisoluble de su desempeño, de ahí el orgullo de fungir como Profesora Asistente en el Policlínico Docente Municipal Graciliano Díaz, de la ciudad cabecera.
De acuerdo con Bolívar, la formación de posgrado constituye continuidad imprescindible del adiestramiento, de ahí su empeño por titularse Máster en Ciencias en Atención Primaria de Salud en 1997 y recibir diplomados en Nefrología Comunitaria y Educación Médica Superior, entre otros cursos.
" Asistir a talleres de diferente índole tiene gran importancia en el desempeño de un médico y cuadro de la Revolución cubana, pero mayor incidencia como educadora, pues cada conferencia recibida crea las bases para combinar lo metodológico, pedagógico y didáctico y ser ejemplo en todos los entornos ", aseguró.
A decir de la entrevistada, las décadas frente a las aulas y junto a la comunidad son su mayor pasión, pues le brindan a diario la oportunidad de ver a los más jóvenes crecer, en tanto aprende a conocerlos, entiende sus percepciones de la realidad y perfecciona los métodos formativos mediante una relación más estrecha.
Con varios lustros al frente de la comisión de Ética Médica de la institución, para la especialista el humanismo, empatía y otros valores morales devienen esencia del ejercicio exitoso de los salubristas, pues en el alivio de las almas radica, en muchas ocasiones, la mejoría del cuerpo.
El amor al trabajo y la experiencia dentro y fuera del país han demostrado la importancia de saber escuchar a los pacientes, explicó, efectuar un proceso comunicativo donde prime el altruismo y preocupación genuinos también es método de cura, sobre todo en tiempos complejos como los actuales.
Respecto a los retos, para la doctora María Emilia Bolívar la COVID-19 marcó un punto de giro, pues trajo consigo la pérdida de familiares muy cercanos, suceso que la motivó a abrazar con mayor fuerza la bandera del deber en tributo a los suyos.
El apoyo de amigos y compañeros resulta fuente de fortaleza en momentos difíciles, y su acompañamiento constante mantiene vigente el anhelo por continuar la marcha, significó.
Por los valiosos aportes a la Medicina Familiar y la docencia, mereció reconocimientos como el Premio Tiza de Oro, otorgado por la Federación Estudiantil Universitaria a profesores de destacada trayectoria, y la distinción Por la Educación Cubana, lauro de este sector que homenajea a los impulsores de la enseñanza en todos los ámbitos.
La profesora Bolívar, conocida y amada por no pocas generaciones de colegas y pacientes, constituye ejemplo insustituible de crecimiento, perseverancia y humildad, su trayectoria deviene luz y guía de futuros profesionales.
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