Por Yamylé Fernández Rodríguez
Solo basta presenciar uno de los conversatorios de la Doctora en Ciencias Matilde Varela Aristigueta para sentir la satisfacción de que realmente se ha asistido a un encuentro valioso y motivador. Esta profesora camagüeyana tiene el don de cautivar a quienes la escuchan, con su verbo preciso y apasionado, cuando habla sobre algún tema histórico.
Así ocurrió hace poco durante una charla con jóvenes creadores del proyecto sociocultural Golpe a Golpe, de la Asociación Hermanos Saíz en la capital agramontina, momento en que reiteró la necesidad del estudio de la historia no solo para saber de dónde venimos, sino también hacia donde queremos ir.
Matilde aclara que no es historiadora de formación, sino profesora de Español Literatura con la necesidad de querer saber más, y que su única pretensión ha sido ser maestra.
En su opinión, resulta imprescindible remitirse siempre a José Martí, a quien considera “la nación encarnada en un hombre y el horizonte para Cuba en todos los tiempos”.
Sin embargo, subrayó, existen figuras con una importante trayectoria sobre las que casi no se conoce y están esperando para ser estudiadas.
Como buena docente -que es con creces- recomendó el estudio y el acercamiento a las distintas fuentes que pueden transmitir información sobre una personalidad o hecho histórico, y de muy valiosa calificó la revisión del epistolario de las personalidades, donde existe información de gran utilidad.
“Si buscamos en la historia es perfectamente posible reconstruir un trozo de la vida de nuestros antepasados”, precisó.
“Es necesario también rendir tributo a quienes honramos; conocer más sobre la vida de la persona cuyo nombre lleva nuestro centro laboral, la escuela o el círculo infantil…
“Creo que deben publicarse más biografías, no solamente de los grandes hombres, sino de esos aparentemente desconocidos, pues, como Martí nos señaló, todo el que sirvió es sagrado.
“Quiero significar otro elemento que considero imprescindible y es la historia que nos rodea, la historia de lo cotidiano, del barrio, del parque que me queda al frente, de la escuela donde hice la Primaria, de los maestros”…
De lo que se trata es de sentirnos parte de un todo, reflexionó la pedagoga, lo que a su modo de ver sincroniza perfectamente con la identidad.
“Es esencial que asumamos la identidad con la forma y el presupuesto que Don Fernando Ortiz anunciara en su conferencia Los factores humanos de la cubanidad, en la que explicó dos términos que debemos entender en este vínculo de la historia con la identidad: la diferenciación entre cubanía y cubanidad.
“La cubanidad vienen siendo las manifestaciones externas: el comportamiento, la música o la danza, sin embargo cubanía es la necesidad de ser y la conciencia de ser, es decir va mucho más interiorizada”.
Así de apasionante es escuchar a la profesora Matilde, quien propone además de leer la historia apreciarla también en las esculturas, tarjas, monumentos o en una película, porque “la historia tiene que ser esencia y fragua de cada uno de nosotros, tiene que ser un principio de vida”.
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