Fotos: Geidy Antón González
Por Onelia Chaveco
Como abeja laboriosa, Ana Teresa Guillemí Moreno es de esas escritoras que vuela por todas partes, busca la sabia dulce en cualquier lugar y la lleva por doquier, para alegrar el alma de quienes le escuchan leer las historias que escribe.
En escarpadas montañas de la provincia Cienfuegos ahí le puedes encontrar con su carga de poesía o narrativas; en los bateyes donde las manos rudas de los azucareros se tornan tiernas cuando el aire se llena de sonetos.
Es ella una de las mujeres cienfuegueras que pone rostro a la literatura y a la poesía, con obras como Los Minicuentos o los textos para niños En la cola del aire (2001), Atarraya (2006), Un libro entretenido (2010); así como Fabulaciones de Wayacón (2019), este último dedicado al emblemático pintor, representante del arte naif.
Su texto "Ana murió de un sonetazo", en ningún modo es premonición de su vida: Lo hice un poco en broma, más bien para divertir a la gente. Mira, este se llama Soneto para el loco y aparece también en Fabulaciones de Wayacón":
Quiero una risa de cualquier tamaño, un vendaval de sueños compartidos, un bisonte de cuernos malheridos, que apacienten mi vida sin un daño y quisiera de besos un rebaño, un concierto completo de ternura, brindar sin copa por la vida pura, sin máscaras ni afeite, sin engaño, quisiera un sacerdote, un ermitaño que me reste, me acune y me bendiga a ver si hallo la paz que no consigo y aunque pudiera parecer extraño todo esto quiero, pero no contigo. Yo sé que está de más que te lo diga.
<<He incursionado en la literatura para los infantes, de hecho trabajo mucho con ellos y los adolescentes en las peñas, hago actividades y eso constituye una retroalimentación desde su lenguaje, su fraseología>>.
<< Cuando estoy haciendo poesía es algo permanente, es parte de tu vida, el poeta es poeta primero y después todo lo demás que pueda hacer en su existencia>>.
<<Llevo varios años escribiendo una obra de narrativa que se llama Historias de Fernandina, con crónicas de la vida, no solo de mi ciudad sino también de todas estas personas que me rodean, muchos son intelectuales, otros son de la cotidianidad, pero relevantes, importantes para mucha gente>>.
<<Las escritoras cienfuegueras tienen un auge en los últimos tiempos. En la reciente edición de la Feria del Libro tuvimos una amplia representación, pues varios títulos llevaban las rúbricas de mujeres>>.
<<Por ejemplo, Catálogo de Mecenas con Aida Peña Roche, Dulce María Castellanos; o Surtidora de cuentos, el volumen para niños de Silvia Consuelo Valdés, incluso en otros espacios al estilo de Leer la historia, tuvimos algunas historiadoras como Anabel García, que también hacen sus aportes a la literatura provincial, eso es bueno reconocerlo porque las escritoras, historiadoras, poetas, todas somos lo mismo: mujeres empoderadas, y buscamos ese público lector femenino para que nos acompañe en estas aventuras>>.
<<Es muy relevante que todo cuanto hagamos, desde la literatura, se socialice entre esas lectoras, por eso trabajamos con adolescentes, con mujeres en condiciones especiales, llegamos a los barrios vulnerables con nuestros libros, para que se sientan con el dominio de su existir, y adquieran una cultura general integral.
<<Para la mujer sentarse a escribir un título resulta más complejo que para los del sexo opuesto, por los roles que nos ha dado la sociedad, por eso todo es un poquito más difícil ya que asumimos la casa, la familia, los hijos, el cuidado de los padres, y nos desdoblamos en madres, enfermeras, maestras, esposas; no obstante, la escritora siempre busca el tiempo para leer, investigar, para escribir>>.
<<Claro que nos queda muy poco espacio para descansar, pero en el caso mío, particularmente, trabajar es una satisfacción.
Aunque me pongo muy obsesiva cuando estoy enfrascada en una investigación o cerrando un texto ya sea de poesía, de narrativa, de literatura para los pequeños, pues trato de terminarlo porque deviene una necesidad que uno siente, algo compulsivo>>.
<< El placer inmenso que tú sientes cuando ves tu libro publicado que es un hijo más tuyo, compensa tanto trabajar y se convierte en disfrute con un poquito de agonía, porque tenemos el tema de que el tiempo no alcanza, se fue la corriente o debo entregar un informe puntual en el trabajo, más todo se puede compaginar de manera que siempre quede espacio para lo más importante: la obra de creación que no es para nosotros, es para los demás, es para la posteridad>>.
Otras facetas ocupan a Ana Teresa como la investigación científica bibliográfica. Sobre esa arista refiere:
<<Lo hago porque tengo la biblioteca incorporada también, pues investigo y siempre me queda aquello de recuperar la información, que la gente sepa después a dónde dirigirse, dónde encontrar los títulos de ese autor. No me interesa mucho promover mi obra, me inclino más por las cosas que se puedan brindar a los futuros lectores e investigadores, porque la historia bibliográfica y documental hay que rescatarla de alguna manera, por ello se debe laborar en el libro digital y el impreso, para llevar ambos a la par >>.
<<Llevo a la vez las investigaciones sobre la obra de Eduardo Benet Castellón, figura que hay que rescatar para los lectores cienfuegueros, con enfoque en el duende Paran Pan Pin y otras historias para niños y adolescentes. Estudio a Samuel Feijóo, de quien terminamos recientemente, Samuel un cronista de su tiempo, porque este intelectual incursionó en el periodismo>>.
Él fue muchas cosas: narrador, etnólogo, escritor y periodista. Cienfuegos siempre está presente en mi obra y dentro de esta urbe marinera no puede faltar el mar como en una de mis décimas:
Si me acodo frente al mar,
O por el monte me pierdo.
Si rastreando en el recuerdo
me vuelvo niña al pinar,
de mi infancia, sin dudar,
me teje un verso a su encaje.
Dios regresa de su viaje,
a mi amor para que crezca,
y circula savia fresca,
por las venas del paisaje.
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