miércoles, 4 de diciembre de 2024

Un añito...y muy bien llevado


Marilys Suárez Moreno

Yunaisy anda apurada por estos días, pues su bebita está próxima a cumplir su primer añito de vida y ella quiere celebrárselo por lo alto, como se dice popularmente. Y aunque la familia la ayuda en los preparativos de la fiesta y el padre del niño tampoco ha escatimado recursos, pues ambos tienen buenos empleos, los gastos se han ido por encima de lo planificado.

Las fotos van por cuenta del tío, fotógrafo profesional, pero el alquiler del salón les ha salido bastante caro, al igual que los payasos contratados y los adornos del local.

Solo le resta comprar las cosas de la piñata, mandar a hacer el cake, los dulces y otras golosinas, además de los gorros, matracas y los regalitos que quiere darle a cada niña y niño invitado.

Estas y otras cosas necesarias para la fiesta de su hija las ha comprado en casas especializadas. La ropita que lucirá la niña en su cumpleaños se la envió del extranjero la abuela paterna. Además, tanto ella como su esposo han invitado a algunos de sus mejores amistades para seguir la fiesta luego.

Y ciertamente, el primer cumpleaños de un niño o niña es una fecha muy especial y se debe festejar con alegría y regocijo aquel feliz instante de su venida al mundo.

Solo que no es necesario organizar una celebración a lo grande ni someter al menor a manoseos y besuqueos, a que haga “monerías” para sorprender a las visitas ni tampoco acosarlo (a) con la cámara fotográfica, los vídeos para el móvil, y los constantes cambios de ropita que convierten la celebración en un desfile de moda y molesta sobremanera al infante que, seguramente se siente incómodo (a) y prefiere lucir la ropa más cómoda y apropiada para jugar un rato y ensuciarse a sus anchas, como su corta edad demanda.

Lo aconsejable es una reunión íntima, familiar, en la que reinen la alegría y las ganas de celebrar y, a la vez, se tenga en cuenta que el bebé necesita respeto por sus costumbres, deseos y necesidades, incluyendo sueño y vigilia. Así, seguramente, va a disfrutar también de su primer cumpleaños.

Pero la fecha resulta un buen momento para ver si todo va bien, si crece correctamente, de comprobar sus progresos y el desarrollo de sus habilidades, sin preocuparse demasiado si la niña o el niño no realizan las mismas proezas que otros chicos o chicas de igual edad que conozcas, porque cada infante es diferente y no todos desarrollan las mismas destrezas al mismo tiempo.

La infancia es una época de crecimiento y cambios rápidos. Un niño sano durante sus primeros meses de vida será un adulto saludable y resistente y, para asegurarlo, lo primero es que tenga, durante el período de crecimiento, un horario de vida regulado, una alimentación lo más equilibrada posible y medidas higiénicas adecuadas, las que serán la base de un organismo sano.

Todo ello sin escatimar mimos y ternuras, pues el afecto es vital para su completo desarrollo y este requiere tanto de la alimentación como de esa necesidad de cariño desde su primer día de vida. En la medida en que va creciendo, aumentan las posibilidades de valerse por sí mismo, lo cual no se debe impedir, sino estimular.

Vale recordar siempre que el equilibrio emocional es una de las bases esenciales de la personalidad infantil, la cual se sustenta desde la cuna y depende de la crianza y educación del infante y del cariño, cuidados y atención que se ponga en el empeño.

Así sabremos que ese primer añito de nuestro hijo o hija ha sido muy bien llevado.

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