Por Marilys Suárez Moreno
Este 15 de noviembre la revista Mujeres, cuyas páginas han testimoniado la historia cubana casi desde la victoria de enero, cuando se hizo cómplice dichosa del quehacer, inquietudes y aportes de la población femenina del país, cumple 63 años. Y aunque ya estamos en el tope de los que llaman tercera edad, la juventud acumulada nos desborda y estimula la sangre joven que hoy nos acompaña en el nada fácil empeño de llegar a nuestras lectoras, las de ayer y las más jóvenes generaciones.
Y aunque muchas de ustedes, nuestras queridas lectoras y lectores, que los tenemos, y muchos, se preguntan por su presencia tangible en los estanquillos, o de mano en mano, en calidad de préstamo como solía suceder, pues sus tiradas eran tan demandadas que se apelaba a estas vías para su circulación inmediata, les respondemos con total franqueza.
Mujeres. No está exenta de las dificultades y carencias que complejiza la situación económica del país, bloqueo por medio y de las complicaciones propias de estos tiempos difíciles, agravados con los últimos eventos; y que también nos tocan de cerca. Pero tratamos de asumir ese protagonismo tan esencial y necesario en los días que corren por las más diversas vías.
A pesar de las restricciones derivadas de una revista impresa desaparecida por las consabidas escaseces, entre ellas el papel, Mujeres al igual que Muchacha, su joven hija, evidencian su resiliencia y capacidad de renovación en redes sociales, proyectos comunitarios, concursos, ferias especializadas y disímiles programas y actividades orientadas y dirigidas hacia la no violencia de género, entre otros temas en agenda y planes en cartera.
Y sí, pensamos con orgullo que nuestra Revista ha escrito su nombre dentro del periodismo cubano, lo que, modestia aparte, ha contribuido a obtener una mirada engrandecida de la realidad de las mujeres cubanas y sus familias todos estos años y con el necesario enfoque de género que caracteriza a la publicación. Y así lo han reflejado sus diferentes tiradas antaño y su hoy activa presencia en la Web y demás proyectos mencionados a vuelo de pájaro.
De hecho, las redes sociales han devenido nuestra mejor plataforma, aunque claro está, no renunciamos a lo que siempre ha sido nuestra razón de ser, una revista impresa a todo color, excelente papel y amplia tirada. Pero como la realidad del momento es otra, nos ajustamos a lo que tenemos y a lo mucho que podemos dar en aras de satisfacer las exigencias de las mujeres y sus familias con la mirada aguzada que le dan sus 63 años de activo empuje periodístico.
Contentas, por demás, con nuestra ya premiada Casa Violeta en su primer año de vida, trabajando de cerca con mujeres emprendedoras y otros tantos proyectos en cartera, que ya les contaremos y felices de acumular tantas vivencias, historias de vida, realizaciones y estar presentes siempre en el accionar de nuestro pueblo y el protagonismos de sus mujeres, porque juntas, unidas, ustedes y nosotras, podremos hacer realidad nuestros mejores sueños.
Nos anima las mismas ilusiones de aquel 1961 de nuestra aparición y que calificamos como el Año de la Vendimia, por los frutos que nos dejó. Nos fortalece las lecciones aprendidas a lo largo de estos tantos noviembres, y nos alienta la presencia por siempre de quien fuera inspiradora, promotora, gestora y puntal del trabajo editorial de la publicación, la siempre recordada Presidenta de la FMC, Vilma Espín. Y, sobre todo, los intereses de ustedes, que son los de nosotras. En eso estriban nuestros desafíos de hoy.
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