Un torrente de solidaridad para Guantánamo

Por Marilys Zayas Shuman

Las calles se llenan de un ritmo incesante. No es el vaivén de la ciudad, sino el movimiento constante de personas que cargan cajas, bolsas y bultos de todos los tamaños. Las caras reflejan una mezcla de preocupación y esperanza, la determinación de aliviar el dolor de un pueblo que ha sido golpeado por la fuerza de la naturaleza. Guantánamo, azotada por el huracán Oscar, recibe un torrente de solidaridad de todo el país. 

En este fluir constante de ayuda, destaca la labor incansable de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Las mujeres, siempre en la vanguardia, se organizan en un ejército de manos solidarias. En cada barrio, en cada centro laboral, la FMC coordina la recolección de donaciones, moviliza a sus miembros y convoca a la participación ciudadana. 

Las donaciones, símbolo de la generosidad del pueblo cubano, son innumerables. Se ven alimentos, ropa, artículos de higiene personal, herramientas para la reconstrucción, pero también libros, juguetes, artículos escolares. Las niñas y niños, con la inocencia de su mirada, comparten sus tesoros más preciados: sus muñecas, sus carritos, sus juegos de mesa, libros llenos de aventuras y colores. 

La imagen de un pequeño niño entregando con orgullo su colección de cuentos a la caja de donaciones conmovió al país. Ese gesto, que se repitió miles de veces, es la esencia misma de la solidaridad cubana. 

La FMC trabaja en estrecha colaboración con las autoridades locales para garantizar que las donaciones lleguen a quienes más lo necesitan. Se organizan puntos de recogida, se coordinan los envíos, se establecen los canales de distribución. Es un engranaje perfecto que funciona con el corazón y la fuerza de un pueblo unido. 

Las calles de Guantánamo se llenan de  con cada bulto que llega. Cada caja cargada de solidaridad es un faro que ilumina el camino hacia la recuperación. Y en esa luz, se vislumbra la fuerza de la mujer cubana, protagonista de esta ola de ayuda, con su organización, su entrega y su generosidad. 

Guantánamo no está sola. Cuba está con ella.