Por Lianne Garbey Bicet
Encuentros de historias, amor y magia protagonizan cada año las jornadas del Festival Internacional de Cine de Pobre de Gibara. Tan solo bastan cinco días para que la Villa Blanca de los Cangrejos se convierta en un lugar donde el séptimo arte deviene vehículo para explorar las leyendas cotidianas y los momentos especiales que se tejen en esta geografía del noreste cubano.
Por más de dos décadas, Gibara, con su particular encanto, ha sido testigo de innumerables historias de amor y creación artística a lo largo de los años. Es aquí donde Humberto Solás, uno de los grandes maestros del cine cubano, imprimió su amor y pasión, dando vida a este encuentro cinematográfico.
En esta edición 2024, uno de los momentos más emotivos del FICGIBARA fue, sin dudas, la entrega del premio Lucía de Honor al cineasta Manuel Herrera.
El reconocimiento le fue dado de manos de su esposa y compañera de sueños, la actriz Eslinda Núñez, quien destacó a la prensa lo especial que fue este hecho para su vida y su historia de amor.
“En Manolo siempre he tenido un apoyo, un compañero, un amigo y mi amor”, comentó Eslinda. “Desde los 14 años me enamoré de él y todavía continúo ahí, empecinada en el amor, porque yo creo que cada día hay que darlo de forma diferente y recibirlo también de forma diferente, para renovarlo, para que todo sea lindo, para que todo sea hermoso. En él he encontrado un apoyo tremendo y una enseñanza, porque he aprendido mucho de él también y se lo agradezco muchísimo.”
Los días de Festival le han servido a esta eterna Lucía para revivir experiencias pasadas y anécdotas que la vinculan con esta ciudad bañada de mar.
“Realmente tengo muchas historias, muchos recuerdos, es una ciudad a la que siempre vuelvo… Aquí elaboramos muchos sueños que teníamos, guiones de los cuales hablábamos, cosas que se hicieron, cosas que no.
"Pero Jibara, con su encanto particular, con su magia, nos unía a todos siempre en este festival maravilloso, donde sabíamos que podíamos ver tantas cosas interesantes de tantas partes del mundo”.
En este contexto, no podía dejar de recordar al artífice de toda esta obra, el hombre que la convirtió en una de nuestras Lucías y en uno de los rostros insignes de la cinematografía cubana.
“Humberto me dio los mejores consejos de mi vida, los mejores. Siempre me hacía ver que yo tenía un poco más que dar, un extra. Y me decía: tú tienes un extra, búscalo. Y me esforzó a que yo fuera una gente mucho más rigurosa a la hora de elegir un personaje, a la hora de elegir un proyecto.”
Poder ser partícipe de estas charlas, encontrarse con los artistas por las calles de la ciudad o en las diferentes actividades del evento, hacen del FIC Gibara un espacio inigualable, en un ambiente propicio para el surgimiento de nuevas historias.
Cada encuentro lo reafirma como un evento fundamental en el circuito cultural de nuestro país, donde el cine se convierte en un vehículo para explorar y celebrar la vida, el amor y la magia que nos rodea.
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