Foto: Bolivia Tamara Cruz
Por Marilys Suárez Moreno
Melisa, Daniela y Ernesto, estudiantes de segundo año de Medicina, desfilan este Primero de Mayo con su Facultad. Ernesto, el más locuaz del grupo, nos dice que su familia también marcha este día. Ellos residen en el Vedado y se unieron a los trabajadores de los municipios Plaza, Habana Vieja, Centro Habana y Playa en su marcha hasta la recién remodelada Tribuna Antimperialista José Martí, sede principal de la magna cita obrera.
Según Ernesto, desde que era un fiñe él siempre ha desfilado con sus padres, trabajadores de la Salud y Educación, respectivamente, junto con los trabajadores de esos y otros sectores del país. Y aunque este año la movilización prevista es más limitada, dado los sabidos problemas con los combustibles y el transporte, esta es una fiesta infaltable de los trabajadores y sus familias.
Ciertamente, las complejidades de estos tiempos de arreciado bloqueo y quebrantos económicos, nos ponen necesarios límites, pero aun así, las y los cubanos celebraremos la fiesta del Día Internacional de los Trabajadores, como acostumbramos, colmando las calles, plazas y avenidas de todo el país, a como se pueda.
Es una fiesta de gran significación para la masa obrera cubana. El pueblo concurre a la cita porque lo considera un día trascendente, de familiaridad y regocijo. A todas luces un acto combativo, alegre, organizado, una expedición a lo profundo de la unidad y el patriotismo, aun con las adversidades de estos tiempos de arreciado bloqueo y otras coyundas que nos ahogan y complican nuestros hostiles día a día.
La Federación de Mujeres Cubanas, al igual que todas nuestras organizaciones de masa, jóvenes, campesinos y los diferentes Sindicatos se hacen presentes en la fiesta proletaria desde su inicio, justamente a las 7 y 30 de la mañana, con presencia de casi 200 000 trabajadores. Y tanto en la Tribuna como en cualquiera de nuestras provincias y el más alejado de los municipios, la jornada del proletariado mundial se replica y constituye, al decir de ese grande la literatura cubana que se llamó José Lezama Lima, “una fiesta innombrable” también.
Porque la gente aquí desfila y se concentra no a hacer reclamaciones ni a pedir reivindicaciones sociales o económicas de ningún tipo: lo hacen con masivas movilizaciones, teniendo en cuenta la concepción que se les dé a las concentraciones o desfiles y por supuesto, conjugando iniciativas, lucidez, colorido y racionalidad de recursos. Las ideas de los sindicatos y colectivos laborales resultan inimaginables en estos casos en que todo vale a la hora de hacer más particularmente nuestra la fiesta por el Primero de Mayo.
“En mi Facultad y en mi grupo en especial, ejemplifica muy convencido el parlanchín Ernesto, hay mucho embullo”, dice, mientras sus compañeros de aula asienten ente risas y frases de apoyo, asegurando el carácter unitario, de compromiso y de fiesta obrera que para nosotros tiene el Día Internacional de los Trabajadores.
”Para mí, mi familia y mi grupo de estudio, es un honor que entraña retos y compromisos, estar allí ese día, defendiendo el lema que preside la movilización: Por Cuba, juntos creamos, porque eso es lo que necesitamos: hacer, crear, producir, innovar y trabajar más de conjunto por el bien de todos. Y claro, nos pronunciaremos otra vez contra el arcaico bloqueo que agobia nuestras vidas, y a exigir que nos excluyan de esa infame lista de países patrocinadores del terrorismo”, concluye el joven estudiante de Medicina.
Así, la fecha del proletariado mundial en Cuba, deviene verdadera fiesta de pueblo, de unidad, compromiso y sentido humanista. Ese que nos identifica y sensibiliza con las causas más nobles a la par que nos honra, porque como nos recuerda Melisa, la muchacha más callada del trio de estudiantes universitarios, la solidaridad cubana con el sufrido pueblo palestino de la Franja de Gaza, estará, asimismo, presente en la magna cita obrera.
“Sabe, periodista, es que Cuba hace suyo el dolor de las víctimas de este conflicto que estremece a Palestina, a sus mujeres, niños, jóvenes y ancianos y que hoy son el símbolo del mayor genocidio de nuestros días”.
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