A propósito del Día Mundial del Lupus, desde Revista Mujeres te invitamos a conocer más sobre esta enfermedad y algunas de sus complicaciones menos conocidas.
Por Lisandra Chaveco
El Lupus Eritematoso Sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune que se presenta mayormente en mujeres en edad fértil y puede afectar a cualquier parte del cuerpo incluyendo las articulaciones, la piel, los riñones, el corazón, la sangre, el cerebro y consecuentemente, al sistema nervioso.
El LES puede causar una amplia gama de síntomas a nivel del sistema nervioso que pueden abarcar desde depresión, ansiedad, disminución de las funciones cognitivas (memoria, atención, aprendizaje) y trastornos del comportamiento; hasta manifestaciones neurológicas como dolores de cabeza, convulsiones y enfermedad cerebrovascular.
De acuerdo con el Colegio Americano de Reumatología (ACR), en las personas con Lupus, el sistema nervioso central se ve afectado con mayor frecuencia que los sistemas nerviosos periférico o autónomo, y los síntomas que lo acompañan pueden aparecer repentinamente o aparecer y desaparecer, pero varían dependiendo en la zona y gravedad de la lesión.
Según el Doctor Javier Narváez García, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Bellvitge de Barcelona, España, la mayoría de las manifestaciones neurológicas atribuibles al Lupus (50-60%) aparecen en el debut o durante el primer año de la enfermedad, y el resto es más frecuente en el curso de un brote de actividad generalizada.
En opinión del experto, cerca de la mitad de las personas con LES pueden padecer confusión, pérdida de la memoria y dificultad para concentrarse, sintomatología popularmente conocida como neblina lúpica.
No obstante, dado que la afectación cerebral en el LES tiene un carácter difuso, es posible también encontrar cuadros de excitación psicomotriz, pensamiento delirante y manía como síntomas neuropsiquiátricos, así como alteración de la velocidad y el curso del pensamiento, precisa.
Por su parte, la presencia de disfunción cognitiva en pacientes con Lupus, según reportes de la ACR, suele comprometer la capacidad de atención, el razonamiento, las funciones ejecutivas (planeación, organización, secuenciación), memoria, procesamiento visuoespacial, el lenguaje y/o velocidad psicomotora, lo que supone un gran impacto en el funcionamiento laboral, educacional o social.
Un estudio de la Fundación de Lupus de América determinó que el lupus se encontraba entre las 20 principales causas de muerte en mujeres de entre 5 a 64 años.
Diversas investigaciones señalan como las manifestaciones neuropsiquiátricas condicionan un deterioro importante de la calidad de vida de quienes conviven con la enfermedad, con un gran impacto en la morbimortalidad, fundamentalmente asociado al desarrollo de secuelas (frecuentes en la enfermedad cerebrovascular o en las neuropatías), la epilepsia recidivant, el deterioro cognitivo y los episodios de psicosis aguda.
El diagnóstico y tratamiento del Neurolupus es, por tanto, complejo y requiere una atención temprana y tratamiento oportuno, mediante la participación de diferentes especialidades como la Reumatología, Neurología y/o Psiquiatría.
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