Tomada de Cubadebate
Por Gabriela Orihuela
Todos los 3 de diciembre, Cuba celebra el Día de la Medicina Latinoamericana y del Trabajador de la Salud. Resultado de un homenaje a quien es considerado unos de los grandes científicos cubanos: el Dr. Carlos Juan Finlay Barrés, descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla.
El Portal de la Red de Salud Pública (Infomed) comentó que siendo consecuentes «con esa historia y con el desarrollo de la salud pública cubana después del triunfo revolucionario, impulsado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, hoy más que nunca tenemos la responsabilidad de contribuir a la prosperidad de nuestro pueblo, mejorando los indicadores de salud alcanzados, la calidad y la satisfacción con los servicios que brindamos, en un sistema que sea cada vez más eficiente y que garantice su indispensable desarrollo».
No obstante, la fecha llega con grandes retos y dificultades en el sector de la salud en el país. La escasez de materiales y medicamentos, así como de insumos en los laboratorios cubanos, atentan contra la calidad de los servicios. El Informe sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América nos deja claro todas las secuelas que Cuba experimenta.
«Ningún otro pueblo ha debido asumir un proyecto social y de desarrollo en semejantes condiciones, con una hostilidad tan sistemática y prolongada. Los daños acumulados durante más de seis décadas de aplicación de esta política ascienden a 159 mil 84,3 millones de dólares.
«El bloqueo ha impactado e impacta la vida de cubanos y cubanas en disímiles esferas: ciencia, técnica, cultura, salud, educación, deporte, turismo, tecnología, alimentación, biotecnología y la industria farmacéutica (…) Del 1º de marzo de 2022 hasta el 28 de febrero de 2023, el bloqueo causó daños y perjuicios a Cuba estimados en el orden de los 4 mil 867 millones de dólares. Esto representa una afectación de más de 405 millones de dólares mensuales, más de 13 millones de dólares diarios, y más de 555 mil dólares por cada hora de bloqueo», indica el informe.
Específicamente, en el área de la salud, entre marzo de 2022 y febrero de 2023, el bloqueo causó pérdidas por un valor de 239 millones 803 mil 690 dólares, cifra que supera en casi 80 millones las afectaciones reportadas en el período previo a la pandemia de la Covid-19 (abril de 2019 a marzo de 2020).
«Las severas limitaciones perjudican la calidad de los servicios prestados a la población cubana, pues se generan demoras, listas de espera para recibir atenciones médicas especializadas, incrementos en las estadías hospitalarias y otros efectos negativos, con un impacto directo sobre los indicadores nacionales de salud», expuso el documento, presentado ante la Organización de las Naciones Unidas en el pasado mes de noviembre.
Asimismo, dio a conocer que existen 20 mil familias cubanas que esperan diagnósticos de enfermedades genéticas que no han podido ser atendidas debidamente, por no acceder a la tecnología requerida; a los recién nacidos con fallo renal agudo se les dificultan las diálisis necesarias, ante la falta de catéteres con los calibres recomendados para neonatos; al país se le ha negado también la compra del robot quirúrgico Da Vinci Xi Surgical System Model IS4000, privando a nuestros pacientes de las posibilidades que ofrece la cirugía robótica más segura y precisa.
Manifestó, además, que Cuba «no tiene acceso a los medicamentos de origen estadounidense Memantine, Donepezilo y Rivastigmina para el tratamiento de las demencias, ni análogos de la insulina para la Diabetes Mellitus en el anciano». Estos son, solamente, algunos de los ejemplos.
«Estas circunstancias han hecho surgir dentro de las comunidades cubanas, proyectos solidarios que buscan acompañar al gobierno en sus esfuerzos por paliar la difícil situación actual. Es el caso de la Red “De Corazón”, una iniciativa de jóvenes que se han dado a la tarea de crear una plataforma para la recolecta de medicamentos y su donación a las personas más vulnerables».
Resulta necesario hablar de las carencias y problemas, sin embargo, también debemos agradecer —y no solo en esta fecha— el ímpetu y los deseos de hacer de nuestros y nuestras profesionales de la salud; enorgullecernos de su valentía por ayudar a personas de otras naciones, aun cuando conlleva una separación momentánea de sus familiares y seres queridos; elogiar su disciplina y entrega.
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