lunes, 25 de diciembre de 2023

Dinorah Ileana, mujer de sueños cumplidos

 


Dinorah Ileana, maestra amorosa, servidora pública excepcional. Foto: Otoniel Márquez


Por Rommell González Cabrera Servicio Especial de la ACN para revista Mujeres

Un retrato de Fidel en su buró, la computadora y un teléfono. La oficina es pequeña, clara. Una agenda siempre a mano. Dinorah Ileana Acosta Fernández no necesita más para su desempeño: atender a la población en el Grupo Empresarial de Artemisa (GEA); a la par, es delegada de circunscripción, responsabilidad que asume desde 1992.

Dinorah Ileana nace en Artemisa, en aquel significativo 1953 para la historia de Cuba. “Mi mamá era ama de casa, trabajaba de sirvienta; y mi papá carpintero en un taller privado. Nos atendía mi abuela, éramos cinco hermanos.”

Al triunfar la Revolución, el primero de enero de 1959, sus padres se alfabetizaron y se incorporaron a la vida laboral en centros atendidos por el Estado.

“Mi mamá trabajó con intensidad. Fue cuatro veces Vanguardia Nacional en el sector del comercio. Con ella asistí a movilizaciones, a cuanta actividad convocaban en el barrio; e integré la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) a los 14 años.

“Fui de las primeras pioneras, militante de la juventud en mi época; tuve el orgullo de responder al llamado de mi Comandante Fidel que fue ingresar en el Segundo Destacamento Pedagógico. Desde 1978 soy Licenciada en Educación en la especialidad de Matemática”.

Acosta Fernández ejerce el magisterio en varios centros de su natal Artemisa. Entonces llegaría el año 1992, trascendental para el sistema político cubano con la creación de los Consejos Populares, otra iniciativa del Líder de la Revolución cubana.

La proponen delegada, accede. Luego presidenta de Consejo Popular. “Lo pensé detenidamente porque amo mi profesión como maestra, aunque también acepté”.

Un gran desafío tenía ante sí como titular de ese órgano en el Reparto Nuevo. Lo asume con entereza durante 21 años. Logra sumar a las empresas ubicadas en el consejo, conformar un equipo de trabajo unido y crear el proyecto comunitario de corte cultural, desafío a la imaginación en el cual nace la comparsa del lugar.

“Existía mucha integración entre los delegados de Reparto Nuevo y las organizaciones de masas, por eso es que las tareas salían. Siempre les poníamos corazón”.

La historia de esta entregada mujer sigue una línea recta en el tiempo. A la maestra de adolescente y después delegada de circunscripción y presidenta de Consejo Popular, le seguiría asumir el control interno en el GEA, cuando corría el 2015.

Más tarde pasa a ocupar la plaza de especialista en atención a la población en el propio Grupo Empresarial; y vaya coincidencia, una responsabilidad afín a su ejercicio de delegada.

“Me emociono cada vez que en la calle algunos se detienen y me dicen profe, otros me gritan delegada; pero también me llaman Madrina, aquellos que tuvieron algún problema social y me ven como la persona que los ayudó, los orientó. Por eso lo sigo haciendo desde la posición en que estoy”.

La vida ha recompensado a Dinorah. Su hijo es Ingeniero Químico y la hija, anestesióloga; un nieto obtuvo la Ingeniería en Automática y la nieta cursa tercer grado. “Tengo una familia muy bonita, mis tíos, mis hermanos, todos somos muy revolucionarios.

“Yo amo mi profesión. Cumplí mi tarea en el Destacamento Pedagógico con convencimiento y por amor. Como delegada me siento útil, feliz porque mi director me entiende cuando no puedo ayudar en la gestión del planteamiento.

“¿Qué me ha marcado? Ver a Fidel en ocasión de mi graduación del Destacamento Pedagógico; cuando visitó la escuela primaria Carlos Rodríguez Careaga, de mi Consejo Popular, y me permitieron saludarlo.

“Al encontrarme con el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés en el acto por el aniversario 65 de la caída en combate de Ciro Redondo García, en 2022; y al conocer a Enrique Hart porque nuestro proyecto cultural iba a representar a la provincia en un evento a nivel de país.”

Dinorah es una mujer de sueños cumplidos. Revolucionaria intransigente, maestra amorosa, servidora pública excepcional. Esta es parte de su historia, que subraya al reafirmar: “Ah, periodista, hay que tratar a las personas con respeto, escucharlas, hacer todo cuanto nos sea posible para ayudarlas. Debemos ser responsables. Serios en nuestro desempeño”.

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