Primer Congreso Continental de Mujeres. Santiago de Chile, del 20 al 22 de noviembre de 1959.
Por Marilys Suárez Moreno
Santiago de Chile fue la sede, en 1959, de un importante congreso femenino. Celebrado del 20 al 22 de noviembre, el llamado no podía soslayarse. Convocaba a las madres trabajadoras y campesinas.
“Mujeres de América Latina, cualquiera que sea vuestra ocupación, vuestra fe religiosa y opiniones políticas, viváis en la opulencia o la estrechez, este encuentro es vuestro”.
Y así sucedió. El llamado fue acogido con entusiasmo por Cuba. La posibilidad de reunirse en un encuentro fraternal, que recogiera las aspiraciones y esfuerzos de las mujeres cubanas, inmersas desde el día primero de enero de ese año en crear una plataforma constructiva que aglutinara a las diferentes organizaciones otroras existentes en el país, se hacía un reclamo de la masa femenina cubana que, de hecho, veía en aquel congreso continental un marco propicio para sus aspiraciones y esfuerzos.
El I Congreso Continental de Mujeres de Chile fue como una pausa en medio de las múltiples actividades revolucionarias de aquellos días promisorios, regidos por la Revolución, constataron por entonces muchas de las cubanas, inmersas en múltiples tareas.
Lo primero que se hizo fue crear un Comité de Auspicio Nacional, con filiales en todas las provincias. Este defendió aquella convocatoria, se involucró de lleno en los preparativos previos al evento y recogió fondos para sufragar el viaje de la delegación cubana a la capital chilena.
Múltiples fueron las iniciativas que se generaron, entre ellas, una función de gala del Ballet Nacional que contó con la actuación de la gran Alicia Alonso, además de varias exposiciones, conciertos y actividades benéficas, cuyo dinero era destinado en su totalidad a los fondos de viaje de nuestra delegación, presidida por Vilma Espín Guillois e integrada por María Caridad Molina, Haydée Santamaría, Celia Sánchez y Alicia Alonso, entre otros nombres de relieve.
Allí, en aquel Congreso Latinoamericano de Mujeres, primero de su tipo celebrado en el continente, sonó alta y clara la voz de la mujer cubana. Por primera vez se conformaba una delegación femenina, después del primero de enero, para representar a Cuba en una reunión internacional. La expectación por el encuentro era grande por parte nuestra y la de las representantes femeninas de la región.
Las delegadas cubanas llevaban el mensaje de la Revolución triunfante y buscaban hermanar y luchar por batallas comunes a otras tantas luchadoras del continente.
Vilma, embarazada por entonces de su primera hija, transmitió el mensaje de su pueblo y sus mujeres a las delegadas participantes, más de cinco centenares provenientes de 13 países. Sus palabras fueron seguidas con interés y concitaron, asimismo, un fuerte respaldo.
“Cuba os trae el abrazo conmovido de todo un pueblo que emerge hoy a la libertad conquistada sobre 20 000 hijos gloriosos arrancados de nuestros brazos por la tiranía mas feroz que recuerda nuestra Historia”, dijo.
En Santiago de Chile, la delegación cubana vivió momentos de emoción profunda, de hermandad necesaria y de mucho cariño. Aquel Congreso Continental de Mujeres fue una experiencia muy necesaria para los años venideros y muchos otros eventos de similar corte o no.
Asimismo, fue la fragua para la creación de la organización femenina cubana que se avizoraba y en la que ya se había empezado a trabajar y que saltó a la palestra pública nacional el 23 de agosto de 1960.
Sería la Federación de Mujeres Cubanas, nuestra querida FMC, la nueva y única organización que aglutinó a las cubanas y las hizo ascender como protagonistas de sus mejores empeños.
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