A partir de este lunes 4 de septiembre, la escuela con sus deberes constituye la primera responsabilidad del escolar. Tanto para quienes se inician en las aulas, como para quienes continúan en ellas escalando grados, es el inicio de la gran aventura del saber, que no tendrá ya límites a lo largo de la vida.
Por Marilys Suárez Moreno
Thiago está muy contento, porque este lunes va por primera vez a la escuela, tal como su hermanita Larita, tres años mayor que él. Para él y otros miles de escolares, se inicia la gran aventura del saber, que requerirá esfuerzos de su parte y que dará un vuelco radical a sus vidas futuras, si se empeñan.
Este primer lunes de septiembre vuelve a ser un hervidero de niños, niñas, adolescentes y jóvenes de uniformes y mochilas. Comienza el período lectivo 2023-2024 y desde ya se prevé que será un curso diferente y retador, pero deseado y necesario.
Dicho así, puede parecernos recurrente y, en verdad, lo es; sólo que el proceso en su preparación ha demandado un despliegue pedagógico extraordinario, luego de lo vivido en condiciones de pandemia, con experiencias aportadoras.
De cualquier manera, es todo un acontecimiento para los educandos y sus familias y con exigencias educativas que pasan por la realidad cubana de hoy.
Para la entidad rectora educacional, el desafío es trabajar para consolidar y mejorar lo aplicado en cada enseñanza, en función de formar una cultura general integral y creativa, con prioridades en el conocimiento de la Historia de Cuba, la descolonización cultural y la adecuada preparación pedagógica de sus docentes en el proceso de aprendizaje con el alumnado.
Se hará énfasis en la formación patriótica, política y cívica de los ciudadanos y en el conocimiento de nuestras raíces y tradiciones históricas y culturales.
Todo ello demanda un trabajo educativo-formativo superior, acentuando la educación cívica desde los primeros grados, lo cual requiere de mucha dedicación profesoral para que perdure en el alma de cada escolar.
Requiere de valorar métodos, enamorar a muchas profes que --como el personaje Amelia dela reciente telenovela cubana-- van más lejos de contenidos y planes, con vistas a garantizar una formación que contrarreste la chabacanería, la vulgaridad, el individualismo e insensibilidad que hoy vemos en nuestros barrios y comunidades.
De hecho, hacer más atractivo este sector, garante de la educación en Cuba, permite potenciar las estrategias docentes encaminadas al alumnado que va emergiendo.
La cobertura docente, sin ser la óptima, garantiza libros y uniformes para los grados iniciales, a fin de que las exigencias educativas y formativas trasciendan lo enunciado y se concreten en la práctica.
Para la mayor calidad del proceso previsto, el profesorado deviene eslabón decisivo, como motivador para los estudiantes, familias y maestros; se vuelve a las clases presenciales y hay deseos y muchas propuestas para perfeccionar la calidad del proceso.
El curso, además, transitará por su tercer periodo del Perfeccionamiento del sistema educacional, lo que, según la titular del ramo, puede determinar muy buenas oportunidades para continuar en la generalización de los asuntos esenciales vinculados a la enseñanza.
De hecho, este septiembre en que echará a andar el nuevo curso redundará, de seguro, en el aprendizaje y el actuar ciudadano de nuestros hijos y, particularmente, en su formación más integral.
Para la entidad rectora educacional, el desafío es trabajar para consolidar y mejorar lo aplicado en cada enseñanza, en función de formar una cultura general integral y creativa, con prioridades en el conocimiento de la Historia de Cuba, la descolonización cultural y la adecuada preparación pedagógica de sus docentes en el proceso de aprendizaje con el alumnado.
Se hará énfasis en la formación patriótica, política y cívica de los ciudadanos y en el conocimiento de nuestras raíces y tradiciones históricas y culturales.
Todo ello demanda un trabajo educativo-formativo superior, acentuando la educación cívica desde los primeros grados, lo cual requiere de mucha dedicación profesoral para que perdure en el alma de cada escolar.
Requiere de valorar métodos, enamorar a muchas profes que --como el personaje Amelia dela reciente telenovela cubana-- van más lejos de contenidos y planes, con vistas a garantizar una formación que contrarreste la chabacanería, la vulgaridad, el individualismo e insensibilidad que hoy vemos en nuestros barrios y comunidades.
De hecho, hacer más atractivo este sector, garante de la educación en Cuba, permite potenciar las estrategias docentes encaminadas al alumnado que va emergiendo.
La cobertura docente, sin ser la óptima, garantiza libros y uniformes para los grados iniciales, a fin de que las exigencias educativas y formativas trasciendan lo enunciado y se concreten en la práctica.
Para la mayor calidad del proceso previsto, el profesorado deviene eslabón decisivo, como motivador para los estudiantes, familias y maestros; se vuelve a las clases presenciales y hay deseos y muchas propuestas para perfeccionar la calidad del proceso.
El curso, además, transitará por su tercer periodo del Perfeccionamiento del sistema educacional, lo que, según la titular del ramo, puede determinar muy buenas oportunidades para continuar en la generalización de los asuntos esenciales vinculados a la enseñanza.
De hecho, este septiembre en que echará a andar el nuevo curso redundará, de seguro, en el aprendizaje y el actuar ciudadano de nuestros hijos y, particularmente, en su formación más integral.
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