Diálogos y voces por la No violencia de género

 

Por Carmen Maturell Senón

Alcanzar una sociedad despojada de violencia basada en género a través de la sensibilización y educación a la población, es el propósito de los talleres organizados por la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), en las comunidades y centros laborales, de la provincia Santiago de Cuba, previstos a realizarse hasta el 30 de julio.

Bajo el título “Diálogos por familias libres de violencia” y “Voces de mujeres por la No violencia de género”, los encuentros pretenden identificar las zonas más vulnerables y socializar herramientas para la atención y prevención de este problema social que persiste en el país.

Mildrey Ferrer Denis, funcionaria del Comité provincial de la FMC en Santiago de Cuba, destacó la importancia de atender este flagelo no solo desde la organización que agrupa a las mujeres cubanas, sino en conjunto con otros organismos como la Fiscalía General de la República, Ministerio del Interior, Salud Mental y Pública y Educación, que particularmente, en el territorio santiaguero ofrecen las vías para el acompañamiento a las víctimas y victimarios.

“Se han desarrollado más de 49 talleres en las comunidades y 62 intervenciones en los centros laborales. Hasta ahora todos han contado con la participación, además de las mujeres, de hombres, niños, niñas y adolescentes, lo cual demuestra que vale la pena afianzar el vínculo y dotar de las herramientas necesarias para comprender la situación y no tolerarla”.

Ferrer alega que entre los principales criterios está seguir extendiendo esta iniciativa a más Consejos Populares. “La comunidad es donde mayor se percibe los índices de violencia y las personas con las que hemos intercambiado han aprendido las diferentes manifestaciones que antes no se visibilizaban. Desde que se creó la organización a este tema se le viene dando tratamiento y ahora hay que continuar”.

Mediante varias interrogantes, estos espacios de conversación contribuyen a la reflexión y a implementar nuevas acciones para prevenir la problemática como parte de la Estrategia integral de prevención y atención a la violencia de género en el escenario familiar. De igual forma, permite expandir en las distintas zonas la importancia de no perpetuar las creencias machistas, columna vertebral de la desigualdad entre hombres y mujeres.