Por: Alessandra Valera Padilla,
estudiante de 4to año de periodismo, Facultad de Comunicación de la Universidad
de La Habana.
Soy poesía porque nací en Cuba.
Soy poesía porque soy creada por mí.
Soy poesía porque no es por nada: Yo estoy buenísima.
Soy poesía porque Soy Max, una mujer trans negra feminista que trata de ser ella misma dentro de una realidad racista machista cis heterosexista.
Max ríe, sufre, llora piensa, cuestiona, porque yo, Max, estoy cansada.
Max Fonseca es una poetisa cubana trans de 28 años, nacida en Jesús María, un barrio del capitalino municipio de Habana Vieja. Ella ha descubierto en el arte de la lírica, una herramienta para expresar sus sentimientos, frustraciones y molestias más intrínsecas, que por mucho tiempo llevaba dentro.
Con su carácter risueño y desenfadado, declama sus versos con la libertad que tanto tiempo le costó obtener. Así se le pudo ver en una de las presentaciones del Proyecto de poesía decolonial “Ennegrecer”, al cual fue invitada el 3 de febrero de este 2024 en la Madriguera, en la capital cubana.
Sus líneas agrupan la musicalidad del amor a su identidad, a su cabello y a su orgullo de ser una mujer trans y afrodescendiente. Como una de las tantas maneras en que una mujer alza su voz, ella escogió la poesía y, por medio de esta, grita el poder de la mujer cubana y su lucha afrofeminista.
En una entrevista en exclusiva para la revista Mujeres, Max nos comenta sus perspectivas con respecto al afrofeminismo cubano y su relación con el arte y el activismo.