Por Marilys Suárez Moreno
Los paradigmas son esenciales en la infancia. Una vez que se alcanza un determinado desarrollo, pueden ser fijados y cotejados consecuentemente, lo que resultará esencial para futuros procederes. Así sucederá también con las maneras de proyectarse en la vida nuestros niños, niñas y adolescentes.
La realidad es que el mundo marcha de una manera muy acelerada y a veces la mentalidad del individuo, sus formas de vida, se quedan rezagadas o transitan demasiado de prisa. Se precisan nuevos enfoques, conocimientos de las características de los infantes que crecen en estos tiempos y no en los de nuestros abuelos y abuelas.