Por Lubia Ulloa Trujillo
En la Empresa de Productos Lácteos en Ciego de Ávila, Maritza Valladares Quiñones hace muchos años perdió su nombre. Los que llevan tiempo allí la apodan La Microbióloga o La Gallega, pero los de menos estadía la llaman Madrina.
Cualquiera de los tres alias está bien justificado, pues lo cierto es que ella goza de prestigio en ese centro, del cual es una de los cuatro fundadores aún activos.