Por Loraine Castillo De los Reyes
En el hogar de niños sin amparo familiar La Casita, de Santiago de Cuba, varias mujeres acogen y cuidan con inmenso amor a niñas y niños de cero a seis años, a fin de garantizar en un futuro su pleno desarrollo en la sociedad y formarlos como adultos de bien.
Con capacidad de 12 plazas, la satisfacción y felicidad de los pequeños constituye prioridad para las trabajadoras del lugar, quienes dedican las horas necesarias a inculcar valores humanos desde la primera infancia.