Fotos de las autoras
Por Aimé Sosa Pompa, Isel Quintana Freyre y Marilys Zayas Shuman
Amaneció nuestro segundo día en la capital espirituana, con la premura de llegar a la Finca "Santo Tomás del Zaíno". Poco sabíamos sobre qué nos encontraríamos en esos parajes, "una productora...", nos decían, y para allá fuimos.
Nuestros transportes llegaron hasta donde pudieron; luego, la espera. Desde la finca nos vendrían a buscar en una carreta y, como quien no quiere aburrirse, ahí nos montamos, en un viaje que se hacía largo y desconocido, sobre todo cuando nuestro guía nos mostraba un destino “cercano” que no lográbamos divisar.
Entre desniveles de suelo, las bajadas y subidas de la carreta, la seguridad de Valeria que a sus 5 años nos daba calma y decía que todo estaba bien y esa capacidad única en esas edades de sorprenderse ante el descubrimiento de cada animal que veíamos en el camino; atravesamos monte adentro en el municipio de Cabaiguán y tocamos a la puerta de Ana María Guerra Alfonso, una de las más destacadas productoras de tabaco en la provincia.