Por Marilys Suárez Moreno
Al joven papá de Anisely le preocupa que su hija de cuatro años se resiste a dormir sola y solo lo hace si su papá o mamá la acuestan en su cama. Algo similar le ocurre al pequeño Cristian, un niño de cinco años que se acuesta tarde y se despierta en la noche, asustado por sus recurrentes opesadillas.
En ambos casos, el problema radica, por lo general, en un hábito de sueño mal adquirido y con la anuencia de sus mayores a permitir que su hija e hijo vean hasta tarde películas o series de tipo terroríficas.