Por Marilys Suarez Moreno
Nació en la oriental provincia de Holguín, el 8 de diciembre de 1819 y era aun una adolescente cuando se casó con Ramón García, el padre de sus ocho hijos.
Lucia Iñiguez Landín era una mujer de puro temple, por eso no lo pensó dos veces cuando la campana que repiqueteaba en el ingenio La Demajagua llamando a la guerra, despidió a su hijo Calixto cuando éste se alzó en armas, siguiéndolo poco después.
En la campaña guerrera, la madre de Calixto realizó múltiples tareas hasta que fue capturada y desterrada a La Habana. El brío de la osada mujer se puso de manifiesto cuando el general Calixto García, herido y prisionero fue enviado a la cárcel de Madrid. Y allí marchó la madre heroica para prodigarle los cuidados necesarios. Trasladado a la cárcel de Pamplona y luego a la de Alicante, Lucía se las arregló para llevarle a cada una de esas penitenciarias las ropas, medicinas y alimentos que necesitaba su hijo, a la sazón enfermo.