Por Marilys Zayas Shuman
Sus manos, acostumbradas al trabajo, al esfuerzo y a la creación, se transforman en instrumentos de solidaridad luego de que cuatro municipios guantanameros, fueron azotados por el Huracán Óscar, cada donación, cada entrega a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), es una extensión de un corazón que late al ritmo del dolor ajeno, un eco que resuena en las calles de Guantánamo, un mensaje de que "no están solos ni solas".
En este contexto, mujeres emprendedoras se convierten en un faro de esperanza y un testimonio de la fuerza del espíritu de las cubanas. Con su compromiso demuestran que la solidaridad es un valor que trasciende las dificultades, que se nutre de la empatía y que construye un futuro más justo y esperanzador.