Por Marilys Suarez Moreno
Este 31 de diciembre conmemoramos una fecha que, al decir de otro grande de nuestras letras ya fallecido, Ángel Augier, “rebasa los límites insulares para alcanzar los que magnifican nuestra lengua matriz”: los 220 años del natalicio de José María Heredia y Heredia.
El poeta sólo vivió 35 años, pero fueron suficientes para tejer en torno suyo una aureola de tragedia, pasiones, conspiraciones y destierros que signaron la existencia del hijo de un funcionario de La Corona española, de origen dominicano, que siendo muy pequeño se trasladó con la familia a Santo Domingo, donde transcurrió la mayor parte de su niñez, si bien su cuna fue la oriental ciudad de Santiago de Cuba. Allí nació, aunque su adolescencia la vivió entre La Florida, La Habana, Caracas y México, en estas dos últimas ciudades el poeta santiaguero estudió abogacía, pero su gran pasión fueron siempre las letras.