lunes, 20 de octubre de 2025

Elizabeth, valiosa mujer al servicio de las telecomunicaciones


Fotos: De la autora y cortesía de la entrevistada

Por Yadira Núñez Figueredo

Hace 10 años Elizabeth de la Caridad Brizuela Casas inició su vida laboral en la División Territorial de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A (Etecsa), de Camagüey. Confiesa que el camino no ha sido fácil, cada logro acarreó una gran cuota de sacrificio, disciplina y responsabilidad.

Su primer acercamiento a la entidad fue en el año 2013, cuando se interesó por una convocatoria para habilitarse como ejecutiva en Telemática. Recuerda que las pruebas fueron muy rigurosas. Además de completar cuestionarios y test psicométricos, tuvo que demostrar ciertas habilidades en el dominio del idioma inglés, leer con fluidez un texto determinado y realizar una audiometría.


Asegura que aquellos días de tensión no fueron en vano, pues un buen día recibió la llamada que tanto esperaba para comenzar así su labor como ejecutiva en el Centro de Atención Telefónica.  Elizabeth destacó desde el principio por su entrega profesional sin límites, por lo que en la actualidad se desempeña como instructora de salón y reserva de la jefa de centro.

Al principio dudaba si cumpliría con una tarea tan compleja, porque el más pequeño de sus hijos se enfermaba con frecuencia. Sin embargo, afirma que encontró en su familia un apoyo vital, y en el colectivo, la comprensión necesaria para simultanear las responsabilidades del hogar y el trabajo. 


Lograrlo, no es simple, comenta, pues sus dos hijos, la mayor de 14 años y el más pequeño de seis, demandan tiempo y dedicación absoluta. Siempre hay que ayudarlos, señala, ya sea en la realización de alguna tarea o en la preparación de algún matutino, y sobre todo en compartir momentos de ocio, en los que siempre reclaman la presencia de "mamá".

Aun así, queda tiempo para tomar un café con las buenas amistades o visitar el gimnasio, ese momento en el que sentimos que el cuerpo duele, pero desconectamos de la realidad y llenarnos de amor propio, expresó. 

Sostiene que asumir tantas responsabilidades a la vez se logra, en primer lugar, si se hace por vocación y más cuando las ocho horas de trabajo se extienden muchas veces hasta el hogar. Elizabeth debe autoprepararse para impartir cursos de habilitación para ejecutivas A en Telemática, así como calificar exámenes e indagar en los nuevos servicios que lanza Etecsa.


No obstante, se disfruta cada jornada, destacó, sobre todo porque existe un excelente clima laboral entre las 36 ejecutivas que trabajan en el Centro de Atención Telefónica. Todas se rigen por la disciplina y el uso correcto del uniforme, al tiempo que procuran mantener un nivel de voz bajo en el salón y ese toque femenino que va desde la limpieza hasta el embellecimiento de cada puesto de trabajo.

La entrevistada considera que el hecho de ser todas mujeres hace que prevalezca más el humanismo, la solidaridad y la sensibilidad para prestar un mejor servicio al cliente. Todo ello, añadió, resulta imprescindible también hacerlo con un léxico adecuado, dulce y agradable, porque deben tener la capacidad para comunicarse durante 12 horas a través de la vía telefónica.

A Elizabeth la definen la bondad de escuchar y una pasión desmedida por ayudar al cliente, ese que, aunque en ocasiones no consiga una solución inmediata a su queja, sí recibe una respuesta agradable y una satisfacción, a la vez, compartida.

No solo de elegancia presume ella, sino también de ser una mujer que ama y se entrega a la familia, al hogar y al trabajo, con total confianza en sí misma y en su voluntad para continuar recorriendo un camino de oportunidades y éxitos.

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