jueves, 16 de octubre de 2025

Con el mismo amor y empeño: Margiola y la Casa Museo Memorial Vilma Espín


Foto tomada del Blog de la periodista Aida Quintero


Por Lianne Garbey Bicet y Aime Sosa Pompa

Hay personas cuyo destino parece entrelazarse con la historia. Margiola Sánchez del Campo Vilarte es una de ellas. Mucho más que la directora fundadora de la Casa Museo Memorial Vilma Espín Guillois en Santiago de Cuba, ella lidera el propósito colectivo de custodiar el legado de una vida que cambió la de millones de mujeres cubanas, incluida la suya propia. En cada anécdota, en cada investigación rescatada, late su compromiso inquebrantable, haciendo que Vilma, la flor más universal de la Revolución, siga viva y dando frutos desde el corazón de la hospitalaria y rebelde ciudad santiaguera.

RM: Margiola, ¿cómo fue que comenzó la estrecha relación entre el memorial y su vida profesional?

MARGIOLA: Fui cuadro de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) durante 14 años. Al terminar mi labor como cuadro profesional en 2008, en una asamblea se me propuso dirigir el proyecto de creación del memorial. Nuestra eterna presidenta había fallecido hacía un año y se dio la misión de crear el proyecto con compañeras historiadoras y de patrimonio. Se me encomendó dirigir este equipo para crear el museo, que después dirigí durante 13 años.

La idea de crear el museo fue una de las tareas más hermosas que he asumido en mi vida. Había trabajado al lado de Vilma desde 1994, cuando entré como cuadro profesional. Quizás muchas personas pensaban que conocíamos a Vilma: la guerrillera, la luchadora clandestina, la combatiente del Segundo Frente, la presidenta de la Federación. Pero al iniciar el proyecto del memorial -que surge de la idea expresada en la despedida de duelo, donde se la nombra como "la flor más universal de la Revolución"- descubrimos que había mucho más.

Esta idea, acatada por la Federación muy temprano, se propuso hacer en Santiago de Cuba, precisamente porque era su tierra. En varias entrevistas le preguntaban por qué Santiago, por qué ese amor. Y ella siempre dijo que nunca se hubiese querido ir de Santiago. Por lo tanto, creo que la idea de ubicar el museo aquí fue genial. Asumimos la tarea del proyecto de creación durante todo 2009, con un equipo de compañeras de patrimonio. Agradezco -agradecemos- sus enseñanzas y conocimiento para crear. Se inauguró el museo el 7 de abril de 2010, cuando Vilma cumpliría 80 años.

RM: ¿Cómo ha sido durante estos años el trabajo del museo en función de mantener vivo el legado de Vilma, tanto en el vínculo con la Federación de Mujeres Cubanas como en el trabajo investigativo?

MARGIOLA: Precisamente el objetivo principal del museo es divulgar la vida y obra de Vilma. Por lo tanto, en ese discurso museológico que se enriquece con los años, se han ejecutado más de 21 investigaciones que partieron desde su niñez, de lo cual se conocía muy poco. ¿Por qué? Porque Vilma hablaba muy poco de su vida y hubo que investigar toda su etapa de niñez -esa niñez tan normal como cualquier niña-, los valores en los que se desarrolló en el seno familiar que le inculcó esos principios que la caracterizaron toda su vida.

Todo lo relacionado con sus estudios universitarios, que fueron la fragua de su formación política, de su despertar y su incorporación a la lucha. Se hizo una cronología de su proceso, de su participación en la lucha clandestina.

RM: Si algo le debemos a todas esas investigaciones es el rescate de una especial labor de Vilma no solo en la clandestinidad, también con su vínculo con Frank País, un héroe paradigmático en Santiago, y la posterior estancia de Vilma en las montañas rebeldes.

MARGIOLA: Sí, es importante su vínculo con Frank País. ¿Cuánto hizo Vilma para que Frank fuera capaz de determinarla y designarla como la coordinadora del movimiento en el oriente, 10 días antes de su asesinato? Esa es una pregunta clave. Hicimos la cronología y también la investigación de su presencia en el Segundo Frente Frank País. Un período muy corto pero intenso, de junio a diciembre del 58, donde su labor fue muy significativa.

Y todo el proceso, incluso cuando se podía conocer mucho de su presencia en la Federación de Mujeres Cubanas, reveló elementos que se desconocían. Ese vínculo, todo lo que aportó, los proyectos diseñados por Vilma desde la Federación.

RM: La vida de Vilma, cuando se aprecia desde el aporte del Memorial, es muy vasta y práctica, con elementos que muchas personas desconocen, tanto en lo nacional como en lo internacional.

MARGIOLA: 47 años de labor en todas las esferas sociales. Pero estas investigaciones también nos permitieron profundizar en los aportes de Vilma como ingeniera -se graduó como ingeniera química-. Ella decía que fue uno de los elementos que no pudo desarrollarse mucho, pero hay un período de su vida en el que se desempeña como directora en el Ministerio de Educación Médica y ahí tributa con conocimientos que le permiten poner en práctica diversos proyectos en los años 90, con organizaciones no gubernamentales.

También investigamos sobre su labor internacional: todo su vínculo con la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM), que fue otra etapa importante de estudio. Y bueno, el trabajo continúa. Hoy estamos desarrollando -iniciamos- una investigación sobre la presencia de Vilma en Santiago después del triunfo de la Revolución. ¡Interesantísimo!

Yo digo que tuvo tantas cosas y vínculos en Santiago, en todas las tareas que desarrollaba: no solo como presidenta de la Federación, sino también como presidenta de la Comisión de Prevención y Atención Social, como diputada, como miembro del Comité Central del Partido. Su visita, su intercambio era permanente. De ahí ese amor de esta población por Vilma.

RM: Sabemos que este propósito permanente del Memorial no está terminado, y más con una FMC que se renueva en sus propósitos.

MARGIOLA: Pienso que todavía hay muchas cosas por descubrir. A veces, en ese intercambio durante el discurso museológico con personalidades que la conocieron, usted ve cuando terminan el recorrido cómo dicen: "Yo creía que conocía a Vilma". Y mire cuántas cosas hemos conocido. El memorial cuenta la historia de Vilma, su vida, pero también la historia de la Federación. De ese intercambio con jóvenes, con las propias mujeres, de cómo surgió, cómo se desarrolló, qué la caracterizó en cada período. Vilma dirigió siete congresos hasta el 2000. Cada uno tuvo elementos que caracterizaron cada década.

Pero está también la historia de la Federación después de todos estos años, cuando ya no la teníamos físicamente, pero donde ha perdurado su pensamiento y su obra. Por lo tanto, también nos toca investigar, seguir profundizando y enseñando. Ese es el papel que ha tenido este memorial: es la historia de Vilma, pero es también la historia de la FMC.

RM: Imaginamos que este empeño de dirigir y liderar el museo, con toda su carga de investigación y búsqueda, no se lo esperaba.

MARGIOLA: ¡De museo no sabía nada! Para haber sido finalmente la persona seleccionada para dirigir durante muchos años este quehacer... Cuando me dieron la tarea, pensé: "Bueno, ¿cómo voy a dirigir un museo?". Tengo que agradecerle a la Federación, a las compañeras, a Yolanda Ferrer, a la compañera Asela de los Santos -la madre de este proyecto-, a quien también este museo debe dedicar una etapa para investigar su vida. Para mí significó una etapa de crecimiento personal y profesional, de engrandecer el alma, de tributarle agradecimiento eterno.

Aprendí de Vilma, de los equipos que ella dirigía, el quehacer, la labor, el humanismo. Le agradezco acciones del orden personal que tributó hacia mi persona y creo que la mejor manera de tributarle en lo personal a Vilma es engrandecer y divulgar su obra, promover el aprendizaje de su legado y contribuir al aprendizaje de los demás. Con ese mismo amor, con ese mismo empeño y con ese mismo agradecimiento.

RM: Y en el caso de la Federación de Mujeres Cubanas, ¿cuál sería el mayor compromiso que deberíamos asumir para que también se mantuviera como la organización que Vilma dirigió y por la que tanto luchó, para que verdaderamente represente a las mujeres cubanas?

MARGIOLA: A la Federación yo le diría que nos falta mayor creatividad. Nos falta hoy esa creatividad de Vilma. No había un momento difícil -cada etapa tuvo sus características-, pero ante cada problemática, cada acción que nos pedía el Comandante en Jefe, que nos pedía el proceso revolucionario, ella tenía esa creatividad. No sé de qué manera -esa profesionalidad, ese conocimiento, esa cultura, ese humanismo, esa defensa de la verdad y de la justicia- siempre la hizo tener una respuesta ante cualquier problemática.

Y hoy las mujeres tenemos que tener esa respuesta, esa creatividad, ese empeño, esa entrega. No nos podemos vencer. Ella nos enseñó a salir adelante, como nos enseñó nuestro Comandante. Ante cada problemática hay que crecer. Y hoy la Federación tiene que crecer. Vamos a tener un año del centenario del natalicio de Fidel. Y Santiago tendrá muchas otras efemérides grandiosas donde Vilma estuvo presente, como el alzamiento del 30 de noviembre que cumplirá 70 años. Por lo tanto, las mujeres tenemos que buscar cómo vamos a crecer. Hoy los tiempos son difíciles. Mañana no sabemos si seguirán siéndolo, pero no importa. Lo importante es que pongamos el empeño, como siempre lo hemos tenido las mujeres, de salir adelante.

Conversar con Margiola Sánchez es como leer con voz pausada y dulce otro capítulo de la historia cubana, aquel que se escribió por manos de mujeres, a veces en silencio y siempre desde un arduo trabajo, convirtiéndolas en pilares de acciones colectivas. Con orgullo afirmamos que Margiola no solo dirige un museo; custodia un legado de amor y fortaleza. Cuando se pregunta por ella, se le reconoce como una de esas personas que ha convertido la admiración en vocación y el respeto en acción diaria, y se engrandece más al llevar en su pecho condecoraciones y medallas. Al escucharla, se entiende que su trabajo no es solo un cargo o una misión, sino una forma de vida, un diálogo permanente con la historia de una mujer excepcional y, a través de ella, con el alma misma de la Revolución y de la FMC.

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