Por Gabriela Milena Padrón Morejón y Ana Laura Fernández de Lara
Aquella ley abolió el latifundio, nacionalizó más de 400 mil hectáreas de tierra y las entregó a quienes realmente las trabajaban. Por primera vez, miles de campesinas y campesinos se convirtieron en legítimos propietarios. Hoy, más de seis décadas después, 2,2 millones de hectáreas permanecen en manos de quienes cultivan y sostienen la alimentación del país.
Durante la jornada de cierre, el Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, subrayó la importancia del compromiso campesino en tiempos de adversidad:
«Alienta mucho saber que hay una vanguardia de productores y productoras que, haciendo las cosas de manera distinta, nos dan la luz para superar el bloqueo, empezando por resolver el tema de los alimentos, que nos llevará a superar otros problemas de la economía nacional».
Bajo el lema “Fortalecidos, unidos y productivos”, delegadas y delegados debatieron temas claves como el cumplimiento de los planes de producción y comercialización, la política de precios, los impagos a productores, la bancarización, la prevención del delito y el funcionamiento de la organización en todos sus niveles.
Félix Duarte Ortega, presidente de la ANAP, destacó que este XIII Congreso sirvió para identificar obstáculos que limitan un mayor aporte a la soberanía alimentaria y para trazar estrategias que dignifiquen la vida en el campo, con especial atención a las familias rurales y a la juventud.
Desde el municipio El Salvador, en Guantánamo, la productora Idailis Vidal compartió su experiencia:
«A pesar de las limitaciones, no hay mejor recurso que la voluntad. Cerré el 2024 entregando más de 2 toneladas de viandas al consumo social. Mi mayor satisfacción no es producir para mí, sino para quienes no pueden hacerlo. Por eso con total seguridad digo que el campesinado cubano lleva también el sostén de la Revolución».
Por su parte, Vivian Martínez Pérez, delegada de Mayabeque, se refirió a la agroecología como camino viable hacia una producción sostenible. «No necesito tractor ni petróleo. Con métodos agroecológicos alimento a mi familia, apoyo al hogar materno y a la escuela. Formo círculos de interés para enseñar lo que hacemos. Esos pequeños espacios de aprendizaje también nutren al pueblo».
El Congreso concluyó con la aprobación del informe central y los objetivos estratégicos para el próximo quinquenio, enfocados en elevar la producción de alimentos, mejorar los rendimientos agrícolas y fomentar el intercambio de experiencias exitosas entre productores. También se presentó el nuevo Buró Nacional, que ratificó a Félix Duarte Ortega como presidente de la organización.
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