Al filo de las 10:49 de la mañana de este domingo, un movimiento telúrico de seis grados en la escala de Ritcher sacudió al Oriente cubano, interrumpiendo la tranquilidad de miles de personas.
«Fueron apenas unos segundos, pero se sintió muy fuerte», dijo a este diario el periodista manzanillero Eliexcer Peláez Pacheco, quien poco menos de una hora después, cerca del mediodía, volvía a sentir, como muchos granmenses, un segundo sismo, más intenso: ¡6,7 grados!
«Después del susto, cuando entramos a la casa, mi padre y yo encontramos la cubierta de placa casi completamente desprendida del cimiento, y las columnas de las paredes agrietadas», añadió Eliexcer, cuyo relato se une ahora al de otras muchas familias, fundamentalmente de los municipios granmenses de Bartolomé Masó y Pilón, donde se reportan los mayores daños, debido a la cercanía de estos dos territorios al epicentro de ambos movimientos telúricos.
Al respecto se ha informado, preliminarmente, la existencia en la provincia de derrumbes parciales en viviendas y centros estatales, así como agrietamientos de paredes, caídas de postes eléctricos y otras afectaciones que han comenzado a cuantificarse en varios municipios de Granma.
Yudelkis Ortiz Barceló, primera secretaria del Partido en el territorio, dijo que, hasta el cierre de esta información, no se ha tenido que lamentar ninguna pérdida de vida humana por estos fenómenos, aunque ya se han activado comisiones de evaluación de daños, luego de recibir reportes de afectaciones de infraestructuras en los municipios de Pilón, Bartolomé Masó, Manzanillo, Buey Arriba, Guisa, Jiguaní, Media Luna, Niquero, Bayamo y Campechuela.
La dirigente apuntó, además, que varias comisiones de trabajo recorren zonas montañosas donde pueden ocurrir deslizamientos de tierra, como resultado de estos dos fenómenos o asociados a posibles réplicas; al tiempo que se activó el personal de Salud para la atención a personas vulnerables y encamadas que requieren ser auxiliadas o trasladadas hacia lugares seguros y centros hospitalarios.
Dayamis Silva Lara, primera secretaria del Partido en el municipio de Pilón, publicó en su perfil de Facebook, que, aunque las afectaciones han sido significativas en ese municipio, y han existido reportes de perceptibilidad de réplicas de los sismos, es preciso que los pobladores se mantengan en calma y en lugares abiertos. Además, advirtió «no acercarse al Espigón, que tiene serias afectaciones».
También en la comunidad pesquera de Cabo Cruz, en el municipio de Niquero, el emblemático Faro Vargas –conocido también como Faro de Cabo Cruz–, con 153 años de existencia, sufrió afectaciones notables en su estructura, mientras que los pilotes del tanque elevado del Acueducto de Guanito, en Niquero, también muestran daños.
La Empresa Eléctrica de Granma informó que, producto de los sismos, están afectados en la provincia 14 360 usuarios, ya que se reportan líneas secundarias reventadas, transformadores disparados y caídos, así como postes en el suelo, de las líneas de 33 kv.
Asimismo, en todos los municipios de Holguín fueron perceptibles los sismos, según confirmó este diario en el Centro de Gestión para la Reducción de Riesgos de Desastres, a través de Daniel Hidalgo Feria, segundo jefe del Órgano de la Defensa Civil provincial, quien aseveró que no se han reportado daños en personas y edificaciones.
En un recorrido por la capital provincial se observaron, varias familias residentes en edificios de 18 plantas, que permanecían con cierto grado de alarma en parques y espacios abiertos de los alrededores.
Mercedes Cantallops, quien había venido a visitar a una hija que vive en el octavo piso de uno de esos edificios, señaló que notó un movimiento anormal del piso del apartamento, y que lo abandonó cuando escuchó el aviso de un familiar, lo cual ejecutó a través de la escalera.
Asimismo, Beatriz Sánchez, una joven madre, relató que estaba alerta tras sentir el primer terremoto, por lo que, ante el segundo, ayudada por una vecina, tomó a sus dos pequeños hijos y descendió rápidamente desde el noveno piso, y no detuvo la marcha hasta llegar a un espacio abierto.
ORIENTE, LA REGIÓN MÁS AFECTADA POR LOS SISMOS
«Desde el 25 de mayo de 1992 no ocurría un terremoto de gran magnitud y con afectaciones importantes en nuestro país. En aquel entonces fue de 6,9, localizado en Cabo Cruz, Granma; por lo que los de 6,0 y 6,7 –que ocurrieron este domingo– marcan una pauta en la historia sismológica cubana», explicó a este diario el doctor en Ciencias Bladimir Moreno Toirán, presidente del Consejo Científico del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais).
De acuerdo con el avezado científico, «ambos sismos fueron localizados con epicentros muy cercanos al terremoto de magnitud 5,7 en la escala de Richter que afectó a Pilón en febrero de 1976, y es menester acotar que uno de 6,7 tiene una longitud de ruptura en la falla tectónica de aproximadamente 35 kilómetros, lo que implica que se produzcan réplicas a lo largo de esta, tal como ha acontecido».
En ese sentido, se esperan réplicas durante los próximos meses, «que deben disminuir en la medida en que pase el tiempo; no obstante, se mantiene la vigilancia permanente porque no se descarta la ocurrencia de un sismo de mayor magnitud», precisó Moreno Toirán.
Las réplicas que han sido perceptibles han oscilado entre 2,5 y 5,0 en la mencionada escala, y los reportes de perceptibilidad del segundo sismo han llegado desde todas las provincias orientales, incluso de Sancti Spíritus y Ciego de Ávila.
Como el epicentro se ubicó a 32 kilómetros al sur de Pilón, «fue esta la localidad más afectada, con reportes de daños a edificaciones que se están cuantificando, y un equipo de nuestro Centro se trasladó hasta la zona para determinar la intensidad, atendiendo a que nos encontramos en un ciclo de actividad de terremotos fuertes en el Caribe», precisó el investigador.
*Tomado de Granma
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