Texto y fotos: Yadira Núñez Figueredo
Yaima Carballo Alonso no resulta de las mujeres que se deja sorprender por el amanecer sin que ya se haya tomado un buchito de café para iniciar una nueva jornada en el campo y al unísono cumplir con todas las tareas del hogar.
Y es que en la finca La Esperanza, ubicada en el municipio Vertientes, en Camagüey, siempre hay un motivo para levantarse con los primeros rayos del sol.
Desde muy pequeña, sus abuelos le inculcaron el amor por la tierra, esa que no es solo de quien la posee, sino también del que la siembra, la cuida y sabe aprovechar al máximo sus riquezas para obtener de ella los mejores frutos.
Inspirada en esa tradición familiar, Yaima hoy siente que su deber apunta a producir alimentos para el pueblo, pues a pesar de las limitaciones de combustible, equipos, fertilizantes y otros recursos necesarios para las labores agrícolas, siempre encuentra la solución ante cada obstáculo para obtener mejores rendimientos.
Sin miedo a comenzar de cero asumió desde hace pocos meses el desafío de transformar un área cubierta de marabú en 17.5 hectáreas destinadas a boniato, maíz, malanga y pepino, entre otras plantaciones.
De sus experiencias más bonitas, destaca la cosecha de la papa, algo poco usual en ese territorio y que para ella, su familia y el equipo de trabajo que la respalda, demandó intensas jornadas de esfuerzo y dedicación, así como la asesoría de otros productores para lograr la procreación de ese tubérculo, algunos de los cuales, refirió, sobrepasaron la libra y unas onzas.
Para esta camagüeyana constituye muy difícil elegir a cuál cultivo prefiere dedicarse, pues cualquier semilla resulta valiosa y necesaria para iniciar un surco y convertirla luego en alimentos para abastecer a las instituciones sociales o al pueblo en general.
Imposible para ella, dice, no sentirse feliz en el campo, aunque su casa aún no disponga del confort que quisiera y falte mucho por sembrar en todo el espacio de que dispone a su alrededor.
Su alegría, la dedicación y el compromiso con la tierra es de las tantas cosas en común que comparte con su esposo, quizás ese ha sido el encanto para mantener una relación de amor y respeto durante varios años.
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