Por Yamylé Fernández Rodríguez
Cuando Ainelis Herrera Molina se graduó en 2017 de Medicina Veterinaria y Zootecnia, en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte, nunca imaginó que algunos años más tarde sería diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), electa por su natal municipio de Florida.
Según evoca, el vínculo con el trabajo del Poder Popular comenzó cuando se desempeñaba como presidenta de una mesa electoral en función del referendo del nuevo Código de las Familias, en 2022.
“En ese contexto las `muchachitas´ con las que trabajaba comentaron que me propondrían para delegada de circunscripción y, cuando llegaron las elecciones municipales, quedé al frente de la circunscripción número 37 del consejo popular Rolando Valdivia, en el municipio de Florida”.
Para Ainelis, la entrada a ese nuevo escenario implicó muchos retos, al convertirse en representante de su comunidad ante el gobierno local de las personas que la vieron nacer y llegar a lo que es hoy.
“Las personas sí me buscan para expresar sus preocupaciones, por lo que es grande el compromiso”, asegura.
Luego, cuando se realizaban las propuestas para la X Legislatura del Parlamento cubano, el nombre de la joven doctora veterinaria volvió a escucharse y finalmente resultó electa.
“Fue esa una gran sorpresa. Imagínate que Florida es uno de los municipios más fuertes desde el punto de vista económico en la provincia de Camagüey y en el país. Cuando mi papá lo supo, no pudo dormir de la emoción y el orgullo”.
Como integrante de la Comisión Agroalimentaria de la ANPP, Ainelis ha participado en dos altas fiscalizaciones, primero la del Ministerio de la Agricultura y más reciente en la que se hizo al Ministerio de la Industria Alimentaria.
“Los debates a ese nivel son fuertes, porque se trata de la alimentación del pueblo, de las acciones para lograr la soberanía alimentaria y de las dificultades que limitan la obtención de mejores resultados, no solo por cuestiones materiales, sino también por insuficiencias desde el punto de vista subjetivo”.
Desde su graduación, esta camagüeyana entró de lleno en el ejercicio de su profesión, inicialmente como veterinaria en la Empresa Agropecuaria de Vertientes, luego en la Losa Sanitaria perteneciente a la Empresa Agropecuaria de Florida y, en estos momentos, trabaja como especialista del Registro Pecuario en la Delegación Municipal del Ministerio de la Agricultura, donde es reserva del Delegado.
Todo ello no lo hubiera logrado sin el apoyo incondicional de su familia, en especial de sus padres, quienes pese a estar divorciados siempre están pendientes de su quehacer.
Me siento una mujer empoderada, comenta con tremenda sonrisa Ainelis Herrera Molina. No es para menos, porque aquella niña amante de los animales se ha convertido en una verdadera triunfadora con solo 31 años de edad y, de seguro, la vida le tiene reservadas nuevas victorias.
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