miércoles, 31 de julio de 2024

Regalo al corazón


Por Marilys Suárez Moreno

Menos de medio siglo duró la vida del Antoine de Saint-Exupéry, conocido mundialmente por ser el autor de El Principito, el famoso libro del que ya se cumplieron 81 años de circulación.

Excepcional prosista y poeta, Exupéry desapareció en el aire mientras volaba su avión, en una misión de reconocimiento sin armamentos.

Fue el último día de julio de 1944 y, aunque al principio se especuló que fue derribado por los nazis, al parecer el aparato sufrió una avería y se estrelló cerca de Marsella, en la otrora Francia ocupada.

El destino final del aviador francés y renombrado escritor aún es desconocido, más la intensidad de su vida y de su obra narrativa no encuentran fácil comparación.

Nacido en Lyon, Francia, el 29 de junio de 1900, en el seno de una acomodada familia de la burguesía francesa, la mayor pasión de Exupéry eran los aviones y poco importaron imposiciones y ruegos familiares para que desestimara sus sueños de convertirse en piloto.

Pero también fue periodista y escritor e hizo numerosos reportajes sobre momentos cruciales de la humanidad, como el que escribió sobre la otrora Indochina francesa (hoy Viet Nam ). En los días previos a la Guerra Civil Española, sin dejar de volar como piloto de prueba por el mundo, lo hizo tambien como correo entre Toulouse, Casablanca, Dakar y voló por África y América, entre los cielos del peligro y la ensoñación.

Antoine de Saint- Exupéry fue el autor de El Pequeño Príncipe, uno de los libros más leídos y venerados por niñas y niños del planeta, desde su publicación en abril de 1943.

Concebido y escrito en los Estados Unidos, donde se encontraba tras la batalla de Francia, el aviador y cronista nos dejó también obras como Vuelo nocturno, Correo del Sur, El aviador y Tierra de hombres, valederas para aquilatar su prosa, si bien fue El Principito su obra más famosa y uno de los cinco libros más leídos de la historia.

Saint-Ex, como lo llamaban sus compañeros de las rutas de vuelo, no solo vivió y escribió como nadie sus conmovedoras vivencias, verdaderos clásicos de la literatura hoy.

Tenía 42 años cuando escribió El pequeño príncipe o El principito, como se le conoce a esta novela corta y sabia, de noventa y tantas páginas y numerosos dibujos de su autoría.

Cautivante desde el primer capítulo, ese texto inagotable de la literatura mundial nos recuerda que el amor, la amistad y la ternura, tanto como la soledad y la pérdida, estarán presentes en el ser humano, al que su autor le exigía que se librara de sus debilidades y fuera en pos de su destino.

Pero lo que muchas personas en el mundo no conocen es que fue una mujer, Consuelo Suncín Sandoval, nacida en 1901 en El Salvador, la inspiradora del famoso libro de Saint-Exupéry. Ellos se conocieron en 1930 en Buenos Aires y se casaron un año después.

Consuelo era divorciada y viuda, por lo que los dogmas de la época la consideraban una mujer amoral. De hecho, nunca fue aceptada por los círculos franceses de la familia de su marido, que jamás tuvieron tiempo para ella, dejándola ex profeso fuera de todos los libros que se publicaron a posteriori sobre la vida de su esposo.

En el año 2000 fue publicado en Francia un manuscrito suyo titulado La memoria de la rosa, en el que la viuda de Saint-Exupéry hace un triste recuento de sus 13 años de vida matrimonial con el autor francés.

María Helene Carbonell, quien publicó en Francia, en 2010, la biografía Consuelo de Saint-Exupéry, una novia vestida de negro, afirma en su obra que cuando se divulgó en Francia el libro de Consuelo La memoria de la rosa, la rose que tose (en El Principito) es Consuelo, que sufría de asma, era frágil y estaba protegida bajo una campana de cristal.

En realidad, los allegados a Saint-Exsupéry ignoraron la presencia de su esposa latinoamericana en la vida del autor y esposo, con quien convivió durante 13 años, desapareciéndola de todos los libros y textos publicados sobre el autor francés.

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