martes, 26 de marzo de 2024

Epilepsia, cáncer de cuello uterino, sexualidad y mujeres

 


Por Gabriela Orihuela

Cada 26 de marzo hablamos, con mayor insistencia, sobre dos enfermedades muy conocidas y, a la vez, sensibles: la epilepsia y el cáncer de cuello de útero.

Hoy se celebra el «Día Púrpura» o «Día Mundial de la Epilepsia» que busca concientizar sobre este padecimiento que afecta, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente a 50 millones de personas en el mundo.

«La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica, que se caracteriza por convulsiones recurrentes, como consecuencia de una descarga eléctrica excesiva en las neuronas; estas convulsiones son episodios breves de contracciones musculares que pueden afectar sólo una parte del cuerpo o su totalidad; es importante señalar que puede existir pérdida de la consciencia y del control de esfínteres», señaló el texto “Día Mundial de la Epilepsia”.

Asimismo, aclaró que «hasta el 70% de los casos diagnosticados pueden tratarse exitosamente con medicamentos anticonvulsivantes, ya sean personas adultas o niños/as».

El blog del centro Epilepsia Russi, institución de referencia en el diagnóstico y selección del tratamiento de la enfermedad, publicó un estudio sobre la relación directa de la epilepsia con la sexualidad femenina y las disfunciones sexuales. «Ante todo, indicar que una persona con epilepsia puede mantener relaciones sexuales con normalidad, si bien es cierto que en determinados casos la medicación anticonvulsiva puede ocasionar alguna disfunción», aseguró.

Ciertamente, «es posible que una mujer con epilepsia pueda experimentar dificultades para mantener relaciones sexuales, pero esto depende de la frecuencia y gravedad de sus convulsiones y de cómo afectan a su vida diaria. Algunos medicamentos antiepilépticos pueden tener efectos secundarios que afectan la función sexual de las mujeres, incluyendo su capacidad para alcanzar el orgasmo».

La disminución del deseo sexual es la disfunción sexual más común entre hombres y mujeres. «Recomendamos mantener hábitos de vida saludables: reducir consumo de alcohol, eliminar el tabaco y, sin duda, animar a mantener una buena comunicación con la pareja, compartir con ella los problemas e intentar trabajar conjuntamente en su resolución», concluyó.

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Tatiana Marañón Cardonne, Kenia Mastrapa Cantillo, Yanet Flores Barroso, Llilian Vaillant Lora, Sanlia Landazuri Llago, médicos y doctoras de profesión y especialistas en Atención Integral a la Mujer de la provincia santiaguera, aseveraron en el estudio «Prevención y control del cáncer de cuello uterino» que «el cáncer representa un gran reto social, toda vez que su incidencia aumenta con el desarrollo económico e industrial de los países, así como con el perfeccionamiento de los sistemas de salud, puesto que a mayor esperanza de vida corresponde una mayor población en los grupos de edades en los que las neoplasias aparecen con más frecuencia.

Refiriéndose en general a losntumores malignos, señalan que «aunque esta enfermedad es más frecuente en el hombre, en el grupo de edad de 25 a 50 años, las mujeres tienen la tasa de incidencia más alta, debido fundamentalmente a los cánceres ginecológicos».

También agregaron que «a pesar de los programas de pesquisa o cribado, el cáncer de cuello uterino ocupa el segundo lugar en frecuencia, en las mujeres de todo el mundo. Esto es debido a que, en la mayoría de las regiones del mundo, las mujeres no tienen acceso a programas organizados de cribado que pueden prevenir hasta el 75% de los casos de cáncer de cuello uterino, incluso en una misma población, el riesgo en las mujeres con menos recursos económicos es aproximadamente el doble que en las mujeres con mayores recursos».

El Instituto Nacional del Cáncer, centro perteneciente a los Estados Unidos, indicó que «el cáncer de cuello uterino es cáncer que se origina en las células del cuello del útero. También se conoce como cáncer de cérvix o cáncer cervicouterino. El cuello uterino es la porción final, inferior y estrecha del útero (matriz) que conecta el útero con la vagina (canal del parto). El cáncer de cuello uterino se forma, por lo general, de manera lenta a lo largo del tiempo.

«Antes de que este cáncer se forme, las células del cuello del útero sufren ciertos cambios conocidos como displasia y se convierten en células anormales en el tejido del cuello uterino. Con el tiempo, si las células anormales no se destruyen o se extraen, es posible que se vuelvan cancerosas, se multipliquen y se diseminen a partes más profundas del cuello uterino y a las áreas que lo rodean».

Mantener relaciones sexuales a temprana edad, así como fluctuación de parejas sin el uso adecuado del preservativo y contraer el Virus del Papiloma Humano (VPH) son algunos de los factores de riesgo que pueden provocar el cáncer de cuello uterino.

Se recomienda llevar estilos de vida saludables y realizar, periódicamente, consultas ginecológicas.

«Ante un problema de salud pública como el cáncer de cuello uterino, es importante que las mujeres, en sentido general, se apropien de una cultura del autocuidado de la salud; es en los procesos de comunicación entre los distintos actores sociales que se deben coordinar acciones que garanticen el desarrollo de la cultura de la salud y su autocuidado», señalaron los profesionales de la salud en el estudio «Prevención y control del cáncer de cuello uterino».

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