Por Lianne Garbey Bicet y Gabriela Milena Padrón Morejón
El onceno congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) constituyó, sin dudas, otro capítulo significativo en la historia de la lucha por el bienestar de la mujer en nuestra sociedad.
Durante el evento, fue fundamental el vínculo entre la juventud vibrante y la experiencia sabia de las federadas, para analizar y debatir aspectos cruciales del funcionamiento de la federación, así como para impulsar iniciativas que continúen mejorando la vida de las cubanas.
Después de largas jornadas de debate y miles de mensajes compartidos en redes sociales, podemos decir que el futuro de la FMC se vislumbra prometedor, gracias al camino que han comenzado a recorrer las nuevas generaciones de federadas.
Hoy, desde la revista Mujeres, nos acercamos a la historia de Camila Díaz Marejón y Yelaini Cuea Menende, dos jóvenes participantes del congreso que son ejemplos vivos de la pasión y el compromiso que caracterizan a la juventud cubana y a nuestras federadas.
Camila Díaz Marejón: sueños y realidades
Con tan solo 16 años y una herencia familiar de compromiso con la FMC, Camila Díaz Marejón ya es una voz destacada en la organización.
"Para mí era un sueño... desde pequeña venía viendo el trabajo que realizaba mi familia y yo quería formar parte de esa obra tan maravillosa", nos comentó entusiasmada.
Desde su temprana integración, ha demostrado ser una líder nata, electa como integrante del Comité Municipal de la Federación. "Para mí significó un orgullo enorme, pero sobre todo el placer de formar parte de una organización de tan alto nivel y, sobre todo, de saber que defiende los derechos de las mujeres y apoya el empoderamiento femenino, que son cuestiones necesarias en nuestra sociedad hoy día".
Pese a su corta edad, Camila acumula experiencias significativas en las filas de la FMC, un trabajo que vincula en todo momento a su vida estudiantil.
Su proyecto “Las peques de la FMC” es un reflejo de su pasión por el empoderamiento femenino y su deseo de integrar a más jóvenes en la organización.
"Con este proyecto no pretendo solamente agrupar a las jóvenes, sino también a nuestras profesoras y demás trabajadoras que se encuentran en la escuela, para que ellas también, mediante su experiencia, puedan aportar al crecimiento de estas jóvenes y ellas mismas obtengan el conocimiento necesario para integrarse a nuestra organización, aunque algunas ya tengan la edad para hacerlo y, por falta de vocación, no lo hayan echo," explicó.
De las acciones que tiene planificadas en lo adelante, detalló: "En primer lugar, quiero realizar un encuentro en el cual nuestras profesoras nos compartan cómo fueron sus experiencias y cómo ha sido su camino en la organización.
“Quiero agrupar a nuestras dirigentes de la provincial, que siempre están ahí cerca de nosotros, de la dirección de educación; que el proyecto vaya creciendo.
Hasta ahora quiero empezar de a poco, porque es lo que te digo, hay varias jóvenes que no tienen el conocimiento y entonces eso es primordial, que ellas conozcan qué es la organización y se interesen por su quehacer".
Conversar con Camila es una experiencia renovadora, por u gran entusiasmo y porque, además, en sus ojos es visible el orgullo y el agradecimiento eterno por la obra realizada por la FMC en todos estos años.
"La FMC es una obra extraordinaria. Hoy le doy gracias a Vilma por haber creado esta organización que para mí significa mucho... Y quiero agradecer también la oportunidad de poder estar aquí, como joven, en este congreso. Ni en sueños imaginé nunca que iba a poder estar aquí".
Yelaini Cuea Menende: compromiso y continuidad
Yelaini Cuea Menende, también de 16 años, representa la continuidad y el compromiso de la juventud con la FMC. "Para mí, estar aqui es una gran orgullo; o sea, este es mi primer congreso, vine con mi madre, que ya había participado en el octavo...estoy muy emocionada y feliz por eso".
Estudiante de pedagogía del municipio Morón, en la provincia de Ciego de Ávila, Yelaini participó activamente en la comisión sobre el funcionamiento de la organización y se ha comprometido a unirse al servicio militar voluntario femenino al finalizar sus estudios, una experiencia que pretende extender a varias de sus compañeras.
Su propuesta, como una de las delegadas más jóvenes, es un testimonio que refleja la importancia de la transmisión intergeneracional de valores y responsabilidades.
"Voy a encontrar alguna forma de llegar al corazón de esas jóvenes y hacerlas incluirse a la organización, porque esto es hermoso, es bellísimo", expresó.
Con sus proyectos y sueños, estas jóvenes son el futuro de la FMC y de Cuba.
Su energía y determinación son un claro indicativo de que la organización sigue siendo un espacio vital para el debate, la inclusión y el avance de todas las mujeres cubanas, sin importar su edad.
Sus historias y proyectos no solo reflejan sus aspiraciones personales, sino que también encarnan la energía renovadora que impulsa la organización.
Sin dudas, el onceno congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) ha dejado una estela de reflexiones y compromisos. Un evento que ya forma parte de la historia, el diálogo entre la juventud emergente y la experiencia de las federadas, que fue clave para augurar un futuro prometedor.
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