El placer de amar

Fotos Natasha Salomé Tachín Sarria

Por Marilys Suárez Moreno

Febrero, casi en su segunda mitad, nos recuerda que el 14 es el Día del Amor y la Amistad. Una oportunidad única de celebrar el amor y el cariño hacia quienes nos rodean, independientemente de la raza, sexo, edad o credo que se profese.

Una celebración que ha ido variando con el tiempo, pero que siempre merece ser recordada porque el amor no tiene fecha de vencimiento, aunque en ocasiones, tras un desengaño, puede pensarse que sí la tiene.

Ciertamente, ese es un sentimiento expresivo y muy placentero el que se siente hacia otra persona. Una emoción que atrapa, vive y evoluciona según el estado emocional de los enamorados y las enamoradas. A fin de cuentas, ignorados amantes surgen por doquier todos los días, sorprendidos por esa pasión que creemos solo nuestra y que en verdad es de todas y todos los que aman, porque sobreviene a través de la vida y de muy personales experiencias amatorias.

“El amor no puede crecer sin pasión”, le dijo el oráculo de Temis cuando Venus, la madre de Cupido fue a verlo para saber por qué el niño no crecía como era de desear. Gran verdad, por eso, este 14 de febrero, fecha en la que millones de personas en el mundo demuestran de infinitos modos y maneras el amor y la amistad que sentimos por aquellos a quienes amamos, el amor toma protagonismo y se hace sentir de mil maneras. Tantas como la pasión, el ingenio y los deseos las unan.

Un día especial éste en el que San Valentín, santo o sacerdote, se erige como el patrón del amor y nos hace felices por estar enamorados y amar también a nuestros seres queridos, porque según Víctor Hugo, “Amar es saber decir te amo sin hablar”. Es ese sentimiento que nos hace dichosos porque nos sentimos enamorados, lo que equivale a ir de la mano de Cupido y San Valentín.

La imagen encantadora del Dios del Amor en la mitología romana es representativa mundialmente. Sus flechas, tiradas al azar o no, simbolizan el deseo y las emociones expresas de los que son alcanzados por el dardo amoroso del travieso Cupido. Lo cierto es que una de las celebraciones más populares del calendario en todo el mundo es la del Día de los Enamorados o San Valentín, erigido como patrón de los que aman. Y se ama por extensión a la familia, la Patria y a todo lo hermoso que nos rodea y nos hace la vida más grata. Y como en la que tantas cosas en la vida, cada quien aplica su propia receta. Esa que nos pone a soñar despiertos y hasta desvelarnos, porque el amor y solo el amor, como diría Silvio, engendra la maravilla.

La maravilla de amar y ser amado llena nuestro universo personal de sueños, anhelos y esperanzas de amor, eterno o pasajero como la propia vida, pero siempre necesario y hermoso. Sin olvidar, eso sí que el amor no entiende más lenguaje que el de la ternura, la pasión y el deseo y hay que perdonárselo.

Y termino con una frase que leí hace mucho y aun recuerdo. ´Te amo con los ojos cerrados y con los ojos abiertos. Tus ojos, tus manos, tus gestos, tu decir, corresponden solamente a ti´ esa persona a la que amo.”

Disfruten de este día y de todos los del almanaque del placer de amar y ser amado y, por ende, de amar la vida, nuestro más valioso tesoro.