Por Gabriela Orihuela
Mencionamos los derechos humanos en reiteradas ocasiones; los gritamos y condenamos a quienes violen tales premisas, pero ¿se cumplen siempre los derechos humanos planteados en la Organización de Naciones Unidas (ONU)? La respuesta es simple, no. Varios países invadidos y saqueados, los femicidios, la discriminación, los asesinatos, la insalubridad, la falta de educación e, incluso, el genocidio demuestran, en efecto, el incumplimiento de estos derechos.
José Manuel Ramos Robles en el artículo “Enfoque Basado en Derechos Humanos para la Gestión de Proyectos y Políticas Públicas” expresó que los derechos humanos son las «garantías jurídicas universales que protegen a los individuos y los grupos contra acciones y omisiones que interfieren con las libertades y los derechos fundamentales y con la dignidad humana».
La propia ONU declaró que el enfoque de derechos humanos «se trata de un marco conceptual para el proceso de desarrollo humano basado, normativamente, en estándares internacionales de derechos humanos y que está operacionalmente dirigido a promover y salvaguardarlos».
Al hablar sobre derechos humanos tenemos que referirnos a quienes son titulares y garantes de derechos. Somos todas las personas y los gobiernos, las organizaciones e instituciones han de proteger los derechos de cada individuo.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas señaló una doble necesidad: «por un lado, se desarrolla la capacidad de los garantes de derechos para cumplir con sus obligaciones; por otro, alienta a los titulares de derechos a reivindicarlos. Los gobiernos tienen tres niveles de obligación: respetar, proteger y hacer cumplir cada derecho. Respetar un derecho significa abstenerse de interferir en el disfrute del mismo. Proteger un derecho significa evitar que otras partes interfieran en su disfrute. Hacer cumplir un derecho significa adoptar medidas activas para poner en práctica leyes, políticas y procedimientos, incluida la asignación de recursos, que permitan a las personas disfrutar de sus derechos».
Cada ser humano disfruta de derechos fundamentales como la vida, la nacionalidad, la libertad, la salud, la educación, el trabajo, la libertad de expresión y opinión, entre otros tantos. De igual manera cada persona debe disfrutar de los derechos sexuales y reproductivos, que se vinculan a los humanos a partir de la Conferencia sobre Derechos Humanos de Viena en 1993.
Desde sus inicios, la Revolución cubana ha tenido un tratamiento especial en el tema de los derechos humanos, los sexuales y reproductivos y la Educación Integral de la Sexualidad.
¿Cómo logramos empoderar a la ciudadanía? A través de la Educación Integral de la Sexualidad (EIS).
La EIS prepara con conocimientos, habilidades, actitudes y valores que los conducirá por el bienestar y la dignidad. «Un programa de EIS fundamentado en los derechos humanos busca fortalecer la comprensión de niños, niñas y jóvenes de sus derechos y los de otras personas, y promover la igualdad, planteó la Federación Internacional de Planificación Familiar, una organización no gubernamental de ámbito mundial.
El camino correcto: la legalidad
Tenemos con un marco internacional de derechos humanos conexos a la EIS y la salud sexual; hacemos referencia a la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW; 1979) que suscita la eliminación de la educación estereotipada y el acceso a información que contribuya al bienestar.
Por su parte, la Convención de los Derechos del Niño (1989) reconoce el disfrute del más alto nivel posible de salud y servicios; promueve el derecho a ejercer la educación de manera progresiva y en condiciones de igualdad. La Declaración de los Derechos Sexuales (1999) manifestó de la EIS: apropiada a la edad, científicamente correcta, culturalmente competente y basada en los derechos humanos, la igualdad de género y con un enfoque positivo de la sexualidad y el placer.
En un contexto cubano resaltamos, sin lugar a dudas, la Constitución de la República que reconoce la dignidad humana como valor supremo; ofrece reconocimiento y garantías a los derechos humanos y se rige por los principios de igualdad y no discriminación.
Asimismo, el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (2021) vislumbra, en su área seis de trabajo, la cohesión y sistematización de esfuerzos en la capacitación y acción de todos los involucrados en la realización del Programa de Maternidad y Paternidad; el perfeccionamiento y la promoción del programa de educación sexual para niños/as, adolescentes y jóvenes, así como reforzar la atención al trabajo educativo-preventivo con las familias, encaminado a la reducción de las relaciones sexuales precoces, el embarazo en la adolescencia y el aborto; el fortalecimiento en la perspectiva de género y los derechos sexuales en todos los programas de salud, en general, y en especial, en los de salud sexual y reproductiva, incluidas la reproducción humana asistida y las relativas al cambio anatómico del sexo; la profundización en la prevención y atención a las infecciones de transmisión sexual, el VIH/SIDA, y otras enfermedades transmisibles.
La Estrategia Integral de prevención y atención a la violencia de género y en el escenario familiar (2021) muestra componentes de educación y formación continua como: capacitación de recursos humanos; sensibilización a decisores y líderes comunitarios; los programas de capacitación especializada en género y el tratar de garantizar los diferentes niveles del Sistema de Educación los contenidos de ejercicio y respeto a los derechos humanos.
Actualmente, contamos también con la Ley de Salud Pública, aprobada el 22 de diciembre del pasado 2023.
La jurista cubana, Yamila González Ferrer, explicó para Cubadebate que los derechos humanos se encuentran relacionados con la sexualidad, «aspecto central a lo largo de la vida de los seres humanos que abarca el sexo, las identidades, los papeles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción».
*Notas:
Derechos humanos: Estos tienen diferentes principios, por ejemplo: son universales e inalienables; se centran en la dignidad intrínseca y en el valor igual de todos y todas; son iguales, indivisibles e interdependientes; no pueden ser suspendidos o retirados; asignan obligaciones de acción y omisión, particularmente a los Estados y los agentes de los Estados.
El resultado de este encuentro fue la Declaración y Programa de Acción de Viena, un plan común para promocionar y proteger los derechos de las mujeres.
Los derechos sexuales y reproductivos involucran la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos y de procrear, la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuándo y con qué frecuencia; tomando decisiones sin sufrir coacción, discriminación ni violencia. Presenta, también, el acceso a una educación sexual oportuna, integral, gradual, científica y con enfoque de género.
En el texto “Docentes y educación sexual integral: un papel en constante construcción: actividades para el aula”, del año 2008, se manifestó que la EIS ostenta cuatro requisitos: continuidad en el tiempo (en todos los niveles de enseñanza, por ejemplo); transversalidad (saca a la EIS de una asignatura específica); existencia de una selección adecuada de los contenidos (atiende a las características del grupo) y debe contar, además, con una marcada perspectiva de género.
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