Por Gabriela Milena Padrón Morejón
Ser una persona cuidadora es una tarea que puede ser hermosa y gratificante, pero también puede ser física y emocionalmente agotadora, pues es una obra que exige atención de manera constante y muchas veces sin descanso.
Por tal motivo, cada 5 de noviembre se celebra el Día Internacional de las Personas Cuidadoras, una fecha dedicada a reconocer y honrar el invaluable trabajo que realizan millones de personas en todo el mundo, que cuidan y sostienen a sus seres queridos que enfrentan enfermedades, discapacidades físicas o mentales, y diversas necesidades de cuidado.
Estas personas muchas veces se ven obligadas a renunciar a su propio tiempo, a su carrera profesional o a realizar actividades que disfrutan, para asumir el rol de cuidadores a tiempo completo. Además, a menudo enfrentan dificultades financieras o tienen que aprender sobre tratamientos médicos y terapias específicas para brindar el mejor cuidado posible.
Resulta fundamental que la sociedad tome conciencia de la importancia de apoyar y empoderar a las personas cuidadoras. Esto implica garantizar que tengan acceso a servicios de atención médica, asesoramiento y orientación, así como oportunidades para descansar y cuidar de sí mismos tanto física como mentalmente.
El crecimiento de la población, el envejecimiento de las sociedades, las modelos de familia cambiantes, el lugar todavía secundario de las mujeres en los mercados de trabajo y las deficiencias en las políticas sociales exigen que los gobiernos, los empleadores, los sindicatos y los ciudadanos también adopten medidas urgentes en lo que respecta a la organización del trabajo de cuidados.
Una de las cuestiones clave que plantea la ONU sobre el tema, es la invisibilidad de este trabajo. A menudo, el cuidado no remunerado no se tiene en cuenta en las políticas y estadísticas nacionales, lo que conduce a una falta de reconocimiento de su valor.
Además, las mujeres y las niñas tienden a asumir una parte desproporcionada de esta labor generación tras generación, lo que puede restringir su capacidad de participar plenamente en la sociedad y limitar sus oportunidades económicas.
En este día, debemos impulsar el diálogo y la conciencia colectiva sobre la importancia de contar con cuidadores y apoyos adecuados para todas las personas que lo necesiten.
Resulta fundamental promover una cultura de cuidado, donde nos apoyemos y ayudemos mutuamente, reconociendo que el cuidado no es una tarea exclusiva de algunos, sino que es responsabilidad de toda la sociedad.
Para conmemorar la fecha de una forma diferente les proponemos dos películas que abordan la problemática de los cuidados desde perspectivas diferentes:
● Amour (Francia, Austria, Alemania). Año: 2012. Director: Michael Haneke. Una conmovedora historia de amor y cuidados en la vejez. Georges y Anne son una pareja de octogenarios que enfrentan el desafío de la enfermedad y el deterioro de la salud de Anne. La película narra cómo Georges se convierte en el principal cuidador de su esposa, mostrando el amor incondicional y la dedicación que puede surgir en situaciones de fragilidad.
● Still Alice (Estados Unidos). Año: 2014. Directores: Richard Glatzer, Wash Westmoreland. Julianne Moore interpreta a Alice Howland, una profesora universitaria diagnosticada con alzheimer a una edad temprana. La película muestra cómo su familia se convierte en sus cuidadores y cómo enfrentan juntos los desafíos emocionales y prácticos que conlleva la enfermedad.
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