lunes, 27 de noviembre de 2023

Felicia, por Cuba


Texto y fotos: Yoslaine Sánchez Arronte Servicio Especial de la ACN para Mujeres

A sus 67 años, Felicia Ramos Martínez conoce la situación de Cuba en la generación de electricidad y desde su puesto laboral, en la Empresa de Conservas de Frutas y Vegetales La Conchita, de Pinar del Río, contribuye al ahorro de los portadores energéticos.

Tenemos la experiencia de ocasiones anteriores, en las que reajustaron los horarios de trabajo en función de disminuir el consumo en la industria, dijo Ramos Martínez, obrera de la línea de dulces en almíbar, en declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias.

“Esta vez no fue diferente. Entramos a trabajar a las cuatro de la madrugada y aprovechamos al máximo la jornada”, manifestó.

“Es preciso ahorrar energía en todos los lugares, en la industria y en las casas, pues así lo necesita el país”, señaló.

Casi cuatro décadas avalan el quehacer de esta mujer, quien se desempeña también como secretaria sindical de la planta productiva.

“La fábrica es mi hogar -refirió entre sonrisas- somos una gran familia, la gran familia de los conserveros.

“Me relaciono mucho con las nuevas generaciones; me gusta conversar con la juventud, escucharla, saber cómo piensa, cómo actúa, porque representa la continuidad”, aseguró.

Su memoria la lleva a instantes en los que el tiempo de estancia en la entidad era superior.

Tenían jornadas de seis de la tarde a seis de la mañana; otras, de tres de la tarde hasta las doce de la noche, incluso durante toda la madrugada.


En medio del escenario complejo que atraviesa la mayor de las Antillas, Felicia siente que su aporte y el de todos es lo más importante para hacer crecer la Patria en los momentos difíciles.

Esa emblemática industria pinareña también implementa el apagado de las luces innecesarias, la desconexión de los aires acondicionados en las oficinas, así como las opciones de teletrabajo y trabajo a distancia para parte del personal administrativo.

Cuenta, asimismo, con comisiones en todas las áreas integradas por jóvenes, fundamentalmente, con el fin de supervisar que se cumpla lo estipulado.

Felicia y su colectivo saben de la importancia de su rol en el complejo escenario económico que vive el país, sobre todo porque es imprescindible mantener las producciones.

Y mientras continúa con su quehacer en La Conchita, en la línea de dulces en almíbar, ella nos deja una importante lección: nunca rendirse a pesar de las adversidades. (Yoslaine Sánchez Arronte, ACN)

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