Para Risela:“Estos tiempos requieren de un pensamiento creativo y una valoración correcta de la realidad, al definir la forma de actuar ante cada desafío”. Foto: Osvaldo Gutiérrez Gómez
Entre las más de 480 delegadas y delegados de toda Cuba que asistirán al X Congreso de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), del 26 al 28 del presente mes, se encuentra Risela León Caballero, entusiasta mujer que, a sus 83 años, todavía le queda mucho, más de lo que se pudiera imaginar, por aportar a esta organización de masas en el municipio de Florencia, en Ciego de Ávila.
Presidenta del CDR número 3 “Antonio Guiteras” y coordinadora de la zona 44 en esa localidad avileña, que distingue por sus bellos paisajes montañosos, Risela contagia a quienes la rodean con esa energía positiva que la caracteriza para echar a funcionar el barrio.
Con ella no hay límites y la escasez de recursos se pone bien chiquita cuando se trata de llevar a cabo una actividad, pues dice que: “Estos tiempos requieren de un pensamiento creativo y una valoración correcta de la realidad, al definir la forma de actuar ante cada desafío”.
A las tareas de los CDR, fundados por el Comandante en Jefe Fidel Castro, les hace mucha falta el acompañamiento de los más jóvenes, pues son quienes continuarán en la defensa de la Patria, asegura Risela, quien también integró uno de los Contingentes de Maestros Voluntarios que intervinieron en la Campaña de Alfabetización en Cuba, en 1961.
“Siempre he dado el paso al frente en cuanta tarea se necesite, enseñé a leer y a escribir a siete personas en el Escambray, sitio montañoso que abarca las provincias de Sancti Spíritus, Villa Clara y Cienfuegos.
“Resultó una experiencia única que guardo con amor, pues con mi aporte contribuí a erradicar el analfabetismo y facilitar el acceso universal a los distintos niveles de educación de manera gratuita, en una zona de la hoy Villa Clara”, dice y sus ojos transmiten satisfacción.
Nacida en San Antonio de Cabezas, en la provincia de Matanzas, Risela fue protagonista también de la Primera y de la Segunda Declaración de La Habana, momentos para ella inolvidables, no sólo porque tuvo la posibilidad de conocer al Comandante en Jefe Fidel Castro, quien la invitó personalmente para que asistiera a la segunda, sino también porque en ambas se dejaron bien claros los principios de Cuba para el mundo.
Recuerdo que el 2 de septiembre de 1960 un millón de cubanos, encabezados por Fidel, ratificamos en la Plaza de la Revolución la libre voluntad de la Isla y su rechazo a los intentos de injerencia estadounidense en sus asuntos y los de América Latina.
El 4 de febrero de 1962 otro millón y medio de personas volvimos al mismo lugar de encuentro para reafirmar el carácter socialista y latinoamericanista de la Revolución Cubana, comenta esta devenida avileña, madre de tres hijos, abuela de cinco nietos y bisabuela de siete pequeños.
“Hasta el final de mis días formaré parte de los CDR, organización a la que todos debemos ponerle alma, corazón y vida, más aún en momentos como los actuales, en los que ha aumentado la agresividad hacia el sistema social que construimos”.
“En el barrio es donde se afianza el trabajo comunitario y eso trato de hacer siempre, para que lo logrado no decaiga, razón por la cual me uno a los jóvenes para contar con sus ideas, pero también porque ellos son el relevo”, refiere con total convicción.
Los días finales de este septiembre serán de encuentros entre cederistas de toda Cuba, entre ellos estará esta activa mujer, quien demuestra con su actuar cotidiano que se puede cuando hay voluntad de hacer por el bien de todos.
Quizás Risela sea una de las asistentes más longevas al Congreso; orgullo avileño porque en ella se combinan lucidez y mucho que aportar todavía.
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