En la lucha contra el odio religioso, la incitación y la violencia, constituyen pilares el debate sincero, constructivo y respetuoso de ideas, así como el diálogo interreligioso e intercultural.
De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), la libertad de religión o de creencias, la libertad de opinión y de expresión, el derecho de reunión pacífica y el derecho de libertad de asociación son interdependientes, están interrelacionados y se refuerzan mutuamente.
Todos ellos están contemplados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y desempeñan un papel clave en la lucha contra todas las formas de intolerancia y discriminación basadas en la religión o las creencias.
La propia Declaración Universal de Derechos Humanos enuncia que todas las personas «gozan del privilegio de expresar de manera abierta su postura religiosa, sin que por ello sean víctima de algún atropello o vulneración de sus derechos».
En la lucha contra el odio religioso, la incitación y la violencia, constituyen pilares el debate sincero, constructivo y respetuoso de ideas, así como el diálogo interreligioso e intercultural.
Pese a todos los esfuerzos, se continúan perpetrando actos de intolerancia y violencia basados en la religión o las creencias, incluso existe cierta focalización contra personas pertenecientes a comunidades y minorías religiosas en todo el mundo.
Por tal motivo, la Asamblea General aprobó, en 2019, que el 22 de agosto se conociera como el Día Internacional en Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión o la Creencia.
La fecha condena todos los actos de violencia y terrorismo dirigidos a personas pertenecientes a minorías religiosas, sobre la base o en nombre de una religión o creencia.
António Guterres, noveno Secretario General de las Naciones Unidas, alegó que la responsabilidad primordial de proteger el derecho a la libertad de religión y de creencias recae sobre los Estados.
También se ha hecho de esta una cuestión prioritaria, mediante iniciativas como un llamamiento a la acción en favor de los derechos humanos, una estrategia sobre el discurso de odio y un Plan de Acción para Salvaguardar los Lugares Religiosos.
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