En la lucha contra el odio religioso, la incitación y la violencia, constituyen pilares el debate sincero, constructivo y respetuoso de ideas, así como el diálogo interreligioso e intercultural.
De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), la libertad de religión o de creencias, la libertad de opinión y de expresión, el derecho de reunión pacífica y el derecho de libertad de asociación son interdependientes, están interrelacionados y se refuerzan mutuamente.
Todos ellos están contemplados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y desempeñan un papel clave en la lucha contra todas las formas de intolerancia y discriminación basadas en la religión o las creencias.