Por Marilys Suárez Moreno
Entre el 19 y el 22 de noviembre de 1959, sesionó en Santiago de Chile el primer Congreso Latinoamericano de Mujeres, el cual desempeñó un papel fundamental en la presentación de las principales demandas del movimiento femenino de aquellos años y al que asistieron 530 delegadas de 13 países de la región.
Expresamente invitada, asistía al cónclave una amplia delegación de mujeres cubanas, presidida por Vilma Espín Guillois e integrada por representaciones del movimiento revolucionario clandestino, combatientes de la guerrilla, activistas sindicales y personalidades de la cultura nacional, así como estudiantes, campesinas, intelectuales y profesionales.