Experta en el manejo de las armas, María de la Luz Noriega Hernández integró como capitana la columna del Lugarteniente General Antonio Maceo Grajales, a su paso por el Occidente del país hasta la provincia de Matanzas.
Distinguida y elegante, María de la Luz Noriega Hernández era una joven cuyas cualidades destacaron no sólo en el seno familiar, sino en la sociedad de su época.
Aunque el año de su nacimiento es aún una incógnita, se dice que vio la luz en Pinar del Río, cuando vibraba la protesta de Baraguá (15 de marzo de 1878) y la voz del general Antonio Maceo --que la llevó a lo alto-- resonaba en los corazones cubanos. De ahí que si ambiente y acontecimientos influyen en la formación del individuo, uno y otro tuvieron que haber pesado sobre la comprensión espiritual de la joven Luz Noriega.