De todos sus afectos el amor por su madre, Doña Leonor Pérez Cabrera, tuvo un espacio privilegiado en el corazón de José Martí.
Ella libró con constancia y consagración la importante y crucial batalla de cuidar a su numerosa familia y aportar a la formación y personalidad de sus hijos e hijas valores tales como la modestia, la laboriosidad, la entereza ante las dificultades y la defensa de la verdad.