Por Marilys Suárez Moreno
Tempranito en la mañana, Vanesa llegaba a su escuela acompañada de su mamá. Iba de completo uniforme y estrenando una linda mochila. Sus largas trenzas y su sonrisa pícara resaltaron enseguida en el aula, donde otras niñas y niños como ella se iniciaban en la escuela.
La entrada a una escuela el primer día de clases refleja las más disímiles reacciones infantiles, no siempre tan felices como la demostrada por Vanesa, una niña alegre y de lo más espabilada, pero preparada requetebién por el círculo infantil y su familia.
Esta última, resulta clave en la disposición psicológica y emocional del menor para su entrada a las aulas. Esa predisposición favorable la lograrán los padres a medida que preparan a sus hijos para el gran acontecimiento