Por Marilys Suárez Moreno
Su nombre es sinónimo de sencillez, cariño y humildad. Juan Almeida Bosque era un cubano de humildísima cuna que, de albañil, devino revolucionario ejemplar. Fidel supo siempre que Almeida cumpliría cualquier misión que se le encomendase, como lo hizo en el Moncada, la prisión, el exilio, el Granma y en las semanas que siguieron al doloroso revés de Alegría de Pío.
Revolucionario de raigambre y leal compañero, el capitán de pelotón en la travesía del Granma, se convirtió en el más resuelto comandante del Ejército Rebelde.