Lápices, cuartillas, manual, ¡Alfabetizar, Alfabetizar !
Por Marilys Suárez Moreno
Aprender las vocales, guiar el lápiz por la hoja en blanco, formar las primeras letras y tratar de leerlas a la luz de un farol son recuerdos inolvidables para la brigadista Conrado Benítez, Iraida Rosales. Asignada a una familia campesina de la zona del Escambray, la jovencita aprobaba el esfuerzo de aquel campesino recio que, después de trabajar de sol a sol, dedicaba la noche para aprender a leer y escribir, a la par de su mujer e hijos.
“Fue un aprendizaje recíproco” --recuerda la entonces adolescente de 16 años--, pues experimenté la rudeza de una vida de trabajos y esfuerzos en plena montaña.