Por Gabriela Milena Padrón Morejón
Por estos días, el oriente cubano se reconstruye con el mismo espíritu que ha sostenido a la Isla en sus horas más difíciles: la solidaridad y el humanismo.
El huracán Melissa, con vientos de hasta 205 kilómetros por hora, azotó con fuerza las provincias de Santiago de Cuba, Granma, Guantánamo, Holguín y Las Tunas. Pero apenas amainaron los vientos, las manos comenzaron a moverse.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), brigadas eléctricas y equipos técnicos se desplegaron para restablecer los servicios esenciales. Junto a ellos, el pueblo cubano entero se puso en marcha.
Organizaciones como la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) activó sus brigadas en todo el país para recopilar donaciones y apoyar en la recuperación de las comunidades. Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) convocaron a una jornada nacional de solidaridad, invitando también a compartir alimentos, medicamentos, ropa y artículos de higiene.

